Capítulo 6

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Poco después de que Stiles saliera de la ducha, aparecieron Scott y Peter con bolsas de farmacia. Y menos mal que traían bastantes, porque el panorama que se encontraron hizo que la mitad de ellas se cayeran al suelo produciendo algún que otro "crack".

Y es que cuando entraron, se encontraron a Derek, sentado en el sofá, con Stiles sobre él, sin camiseta y con el pelo mojado, devorándole los labios, como si de ello dependiera su vida. La tele estaba encendida a volumen casi inexistente, con el partido de baloncesto de los Bulls.

-No nos dejan de mirar. -murmuró Stiles sin casi separarse de los labios de Derek.

-Tal vez porque me estás violando. -dijo con una sonrisa que solo Stiles pudo ver.

-Nosotros pateándonos el pueblo entero buscando las dichosas gotas para tus oídos, porque aparentemente estabas tan grave que podrías quedar sordo y más patoso de lo que eras antes de por vida, ¡y tú comiéndole la boca a Derek! -exclamó exasperado Scott.

-Años de evolución para crear los teléfonos móviles... ¡¡y no los cogéis!! -le imitó Stiles.

-Su oído ya está mucho mejor. -explicó Derek desde el sofá.

-Sí. Llamamos a Deaton, que él sí que coge las llamadas, se lo explicamos y dice que no me eche nada más, que la infección ha remitido y que ya me lo trata él cuando llegue. -dijo sonriente Stiles.

-¿Y cómo lo habéis curado? -preguntó Scott resignado, posando lo que quedaba de la medicación sobre la mesa.

-Ehm... ¿Algo de beber? Hay zumo de pomelo y cerveza. -dijo un colorado Stiles yendo a la cocina. Peter y Scott lo miraron "por lo bien que disimulaba" y después clavaron su mirada en Derek que, sabiéndose observado, apagó la tele, se levantó, y se sentó sobre el respaldo del sofá mirando hacia ellos.

-Le lamí la oreja. -dijo con los brazos cruzados, encogiéndose de hombros.

Peter alzó una ceja, pero después asintió conforme. Scott miraba a Derek y después a Peter. Como pensaba que ambos estaban locos, corrió al encuentro de su mejor amigo. Se lo encontró en la cocina, sentado en la encimera, aún sin camiseta y bebiendo un poco de zumo.

-¿Cómo que te lamió la oreja? -preguntó en estado de shock Scott.

-Bueno... sí, me lamió la oreja. -admitió encogiéndose de hombros.

-¿¡Por qué!?

-¡Ay, yo qué sé! Su madre se lo hacía a él y pues él me lo hizo a mí. -dijo saltando de la encimera y yendo a por un vaso para su amigo. -Y funcionó, así que ¿qué mas da?

-En realidad no da más... pero es "raro". -dijo entrecomillando la palabra. -¿Y desde cuando morreáis así? ¿No se suponía que le intentabas matar cuando te besaba?

-Él dice que es porque hoy estoy débil y mi jaguar interior está manso. -dijo vertiendo zumo en el vaso del alfa. -Yo digo que es que me deja "mandar" al menos un poco y que ya estoy sobre aviso.

-Y que estás cachondo. -dijo Scott tomando el vaso que su amigo le ofrecía.

-¿Cómo?

-Joder, Stiles, atufas a hormonas dislocadas de adolescente. Y eso que tu olor es más suave que el de los lobos y humanos. -dicho esto, Stiles se olió a sí mismo y se encogió de hombros.

-Pues yo no huelo nada.

-Debes de ser el único. -comentó Peter acercándose al jaguar bajo la atenta mirada de Derek.

-¿Qué haces? -preguntó Stiles mientras Peter le giraba la cara.

-Miro tu oído.

-Eso ya lo noto pero... ¡Eh! ¡Saca el dedo de ahí!

Yaguareté·Abà IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora