ADVERTENCIA: Capítulo con alto contenido sexual. No apto para menores de edad.
Derek abrió los ojos con un gemido de dolor. Miró a su hombro, y se encontró con Stiles completamente transformado, con sus colmillos de jaguar hincados en su piel mientras murmuraba cosas que no llegaba a entender. Con una mueca de dolor, estiró la mano que le quedaba libre (pues la otra estaba bajo el cuerpo del jaguar) y le tocó en las costillas, punto clave de las cosquillas de Stiles. ¿Su reacción? La de siempre, una risilla y lo que Derek pretendía, un cambio de posición y por lo tanto, la liberación de su hombro.
El lobo cerró los ojos aliviado, siendo la mitad de su cuerpo liberado y sintiendo su hombro comenzando a cicatrizar. Se giró y, lejos de estar enfadado, se apoyó sobre un codo para ver cómo Stiles seguía murmurando y comenzaba a mover las manos, como si intentara apresar algo. Rió por lo bajo y decidió jugar un poco con el Bello Durmiente.
Derek acercó sus labios a las puntiagudas orejas de Stiles y la apresó con ellos, haciendo que Stiles cesara sus murmullos para emitir un casi inaudible suspiro que tuvo un efecto inesperado en la entrepierna del lobo. Con una sonrisa, Derek comenzó a acariciar el costado del felino. Stiles cambió de nuevo de posición, quedando boca abajo y el lobo se incorporó un poco más para comenzar a besar su nuca, sus omóplatos... y acariciar su espina dorsal, justo donde tenía la marca de Abà.
-¡Deaton! -llamó entonces Stiles haciendo que Derek lo mirara con una ceja alzada. -Tengo... tengo pulgas.
Derek rió alto, por una parte aliviado por saber que no relacionaba esas caricias con el veterinario... por otra parte preocupado de que Stiles pensara que podría tener pulgas. Con una sonrisa, siguió acariciando y proporcionándose el lujo de observar cuán amplio era el repertorio de gemidos, suspiros y escalofríos de su novio. Tras uno de los espasmos más divertidos que el lobo hubiera visto jamás, Stiles clavó sus garras en la almohada.
-Derek...
-Dime. -susurró el llamado en su oído.
-Gusanos.
-¿Gusanos? -dijo con una risita.
-Hay gusanos...
-¿Dónde? -dijo sin dejar de acariciar la espalda del jaguar.
-En el aire.
-No, Stiles... no hay gusanos en el aire.
-Sí... vuelan.
-Entonces serán mariposas. -siguió riendo Derek, esta vez lamiendo con suavidad su hombro.
-Y se ríen. -gruñó molesto Stiles, dentro de su sueño. Derek tembló con su risa, lo que hizo temblar también la cama. -¿Qué...? ¿Derek?-preguntó Stiles ya despierto, con voz pastosa.
-¿Qué pasa con los gusanos? -preguntó Derek mirando a los ojos ya abiertos de Stiles.
-¿Qué dices? -dijo extrañado, mirando a su novio.
Stiles estaba aún atontado, boca abajo sobre la cama de Derek, que estaba prácticamente tumbado sobre él, muy despierto y con un bulto en sus pantalones que rozaba contra uno de sus muslos. Frunció el ceño sin entender, pero recibió gustoso el beso que Derek le dio en los labios.
-Tienes sueños muy raros. -rió Derek.
-¿Qué hiciste? -preguntó Stiles dándose lentamente la vuelta para encarar al lobo.
-¿Yo? Fuiste tú quien me atacó. -dijo señalando su hombro, ya casi completamente curado. Stiles abrió los ojos de golpe y miró la herida. No era muy grande, pero el rastro de sangre no daba error a duda, era su mandíbula.
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Yaguareté·Abà II
FanfictionSecuela de Yaguareté·Abà I Si no lo has leído aún... no te lo pienses más.