Capítulo 30

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Stiles recogía sus cosas y se aseguraba de dejarlo todo bien cerrado mientras Derek iba a tirar la basura al contenedor del callejón. Una vez todo listo, se subieron en el Camaro negro de Derek y condujeron por las calles de Beacon Hills hasta la casa de los Stilinski, donde ya estaba el coche patrulla del sheriff.

-¿Quieres pasar? -preguntó Stiles tanteando a Derek, que se encogió de hombros.

-¿No le molestará a tu padre?

-Entro, pregunto... y salgo a por ti. -dijo sonriendo Stiles.

El jaguar salió a prisa del coche y entró en la casa, yendo hacia su padre, que cuando lo vio dio un bote en el sitio, pues aunque Stiles no lo había pretendido, había sido tal vez demasiado sigiloso para el oído de su padre.

-Un día me vas a matar. -murmuró el padre con un bote de cerveza en la mano.

-Te has asustado porque sabes que no deberías beber con problemas de corazón. -dijo frunciendo el ceño y cruzando los brazos.

-Stiles, he tenido un día de perros en Oregón... Me lo merezco.

-Ah... pues entonces tal vez no sea... el mejor momento. -dijo sonriendo Stiles, yendo hacia atrás, retrocediendo hasta la puerta de entrada.

-¿El mejor momento para qué? ¿Y de dónde vienes? Tenías el jeep en casa, pero... ¿has estado con Derek?

-Ehm... bueno, ya que lo dices tú... pues sí. Venimos de cenar. Está fuera y quería pedirte permiso para entrar. -dijo de un tirón, viendo la reacción sorprendida de su padre.

-¿Eso no son los vampiros?

-¿Qué?

-A los que hay que invitar para que entren en una casa...

-¡Ah! -rió Stiles. -Sí, bueno... dicen que es de los vampiros. Pero Derek se refería más por respeto y por no hacerte enfadar conmigo y que esta vez me mandes a Australia. Aunque no estarían mal unas vacaciones en Australia, la verdad. -rió el muchacho. Su padre rodó los ojos y chasqueó la lengua.

-Dile que entre... de todos modos tengo que hablar algo con él. -dijo apretándose los lados de la nariz.

-Voy. -dijo para acto seguido salir corriendo hacia el Camaro, coche del que Derek ya estaba saliendo.

Stiles sonrió ampliamente y Derek hizo algo así como una mueca que ya estaba entre las preferidas del jaguar, pues lograbas atisbar una sonrisa enmascarada por estar en sitio público. Derek caminó hasta la entrada y entró junto con Stiles tras un rápido y casto beso.

-Dice que quiere hablar no sé qué de lo de Oregón contigo. -dijo llevándole hasta la cocina para ir a por una cerveza para Derek y un vaso de leche para él.

-Hola, sheriff. -saludó Derek.

-Supongo que podrías llamarme John... no en vano te acuestas con mi hijo. -espetó el sheriff haciendo que Derek abriera los ojos repentinamente y a Stiles se le cayera el vaso al suelo.

-Pa... ¿Papá? -logró decir Stiles con un hilillo de voz.

El ambiente se volvió tenso, dejando al jaguar a un margen. El lobo y el sheriff se miraban fijamente sin casi respirar. Sus rostros no tenían expresión alguna... Stiles tenía sus ojos fijos en su padre, que de repente, bufó y rió atronadoramente.

-Tranquilo, Derek. -dijo palmeándole un hombro para sentarse en la silla que tenía delante antes de dar un buen trago a la cerveza.

-Te parecerá bonito. -saltó Stiles desde la encimera para mirar a su padre con sorpresa.

Yaguareté·Abà IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora