Alice bajó hasta el segundo piso y, cuando la puerta del montacargas se abrió, Rachel Parker caminaba hacia el loft de Ashton.
-Detective Parker -la llamó-. Acabo de verla por la ventana.
Rachel alzó las cejas.
-¿Desde dónde me has visto?
-Desde el tercer piso. -Notó el desconcierto en el rostro de la mujer-. Tengo mi taller de pintura allí -explicó.
-¿De veras?
Alice asintió mientras caminaba hacia la puerta.
-Ashton ha alquilado el lugar para mí. -Se volvió para mirarla-. Pase.
Rachel entró. Seguía más sorprendida que antes; Ashton no le había mencionado nada al respecto. Se preguntó cuántas cosas más había preferido callar su compañero.
-Busco a Ashton.
-No está -respondió Alice-. Esta mañana me ha dicho que tenía una reunión importante y que no regresaría hasta la noche. Creía que estaría con usted.
-No, no ha aparecido por la comisaría y no he podido localizarlo; por eso he venido hasta aquí. -Echó un vistazo al interior de la vivienda.
-¿Es extraño, no cree?
Rachel estaba de acuerdo con Alice y comenzaba a preocuparse, Ashton no era la clase de persona que desaparecía y no decía nada de su paradero.
-¿No te ha dicho dónde estaría?
-No, solo que tenía una reunión; he deducido que estaría con usted. -Estaba intranquila, la detective le había trasmitido su preocupación.
-Puedes tutearme, Alice -le dijo-. Después de todo tenemos casi la misma edad.
Alice esbozó una tibia sonrisa, no se atrevió a decirle que prefería guardar un poco de distancia con ella.
-¿Quiere... quieres tomar algo? -Caminó hacia la cocina-. Puedo preparar un poco de café.
-Me encantaría -contestó mientras la seguía de cerca.
Alice preparó dos tazas de café y las colocó sobre la encimera. Se quedaron en silencio sin saber qué decir; la tensión entre ellas era evidente.
Alice no podía imaginarse de qué podían conversar. Era obvio que tenían un tema en común y ese era Ashton Rochester, pero no estaba dispuesta a discutir ese asunto con ella. La observó mientras se ponía dos cucharadas de azúcar y revolvía su café con lentitud. De pronto, Rachel Parker levantó los ojos y Alice notó su mirada inquisidora.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
Alice se encogió de hombros.
-Supongo que sí, tú eres la policía aquí.
-¿Qué tienes en contra de mí?
Alice se atragantó con el café caliente.
-¿Perdón?
-Has entendido muy bien la pregunta, Alice -dijo con tranquilidad-. Sé que no te caigo muy bien y quisiera saber el motivo.
Alice dejó la taza encima del plato y buscó en su mente una respuesta convincente a aquella pregunta, aunque sabía que Rachel obtendría de ella la verdad. Después de todo, era policía y sabía hacer muy bien su trabajo.
-No es así. -Hizo una pausa mientras pensaba lo que estaba a punto de decir-. Estaba convencida de que era yo la que no te caía bien a ti.
Rachel sabía que Alice estaba tratando de confundirla para no contarle realmente cómo estaban las cosas.
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No Me Olvides
Fiksi RemajaUna historia que se resume en dos palabras: misterio y amor.