Invierno

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Por obra divina la escuela decidió hacernos una fiesta de fin de cursos, supongo que no tendrían presupuesto para el año entrante pero disfrutaríamos en éste momento.

Yo no iba a ir, por supuesto. ¿Para qué ir a un lugar en el que nadie notaria tu presencia?

La maestra me había mandado a dirección por un juego de copias que olvidó y casualmente ahí estaba Alonso también. Había un chico de cabello rizado y mirada pesada a su lado hablando muy animados.

Hice fila para hablar con la secretaria y justo estuve detrás de ellos, dándoles la espalda esperando que Alonso no me viera...lo cual era bastante idiota ya que ni siquiera nos hablábamos.

La persona que estaba frente a ellos ya estaba siendo atendidas, sólo tenía que esperar un poco más.

Pero porque soy yo, la persona con más mala suerte en el mundo, no pude pasar desapercibida más de cinco minutos.

─¡Hola! –dijo alguien detrás de mí.

Alonso y el chico de los rizos fruncieron el ceño y miraron detrás de mí.

Me giré a ver.

─Hola Karen –sonreí.

Karen era una chica que conocí por casualidad. En toda la escuela, sólo me llevaba bien con ella.

─¿vendrás a la fiesta?

─Aun no sé –intenté sonreír -¿Vendrás tú?

─¡Por supuestoooo! –chilló –Espero que vengas, en verdad. Nos la pasaremos bien –me guiñó un ojo.

Karen era un rayo de sol. Nunca la veías desanimada y siempre estaba tratando de arreglar el día a los demás.

─¿Vendrás, Alón? –escuché a alguien preguntar.

¿Cómo era posible que prestara más atención cuando alguien le llamaba a él que cuando alguien me llama a mí?

─No sé aun –parecía ido

─Ándale, te vas a divertir –insistió el rizado –además estoy seguro de que Carmen se moriría si no vienes. 

Carmen... casi la olvido.



Hey, love [Alonso Villalpando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora