Te vi pasar
y aún tus ojos no he podido olvidar,
¿dónde estarás?, ¿en qué lugar?
mi cielo azul no olvida una estrella fugaz.Despertará mi ansiedad
y la nostalgia no se hará esperar
porque no estás, bella mujer
y aún tu perfume vive prendido en mi piel.Estas son cosas que solo pasan una vez
que es imposible, nadie lo puede creer,
mi ángel, mi bien, ¿dónde se fue?,
mujer creada entre rosas, vino y miel.Vino que a mi alma ha embriagado de placer,
vino sagrado que bebió el amanecer
sobre un clavel, poema fue,
cuento de hadas tal vez, no sé.Tal vez soñé, no puede ser,
pero sus ojos jamás olvidaré.Sombrío panorama ante mis ojos era el entendimiento, la lógica con la fe al encuentro, una lucha sin tregua desde mi niñez, lo existente tal vez sólo yo veía o de manera diferente como la belleza, relativa presencia.
Era tan notable la intolerante curiosidad en mi juventud, que era el centro del problema, de mis sueños el dilema, nada por casualidad. Miraba un lucero en el centro del cielo y preguntaba si ahí estaba Dios, debía existir un lugar lleno de paz y calma donde en cuerpo y alma aseguran que María viajó y lo mismo, si no olvidamos, ¡Enoc! Tiene que haber lugar lugar para la materia en otra dimensión, para la misma canción que soy yo -humano- o si no ¿Quién lo inventó, el testigo vio de manera diferente, no lo entendió?, o sólo estaba en su mente.
La lógica tiene muchas respuestas y brillantes como el sol.
La fe, ¡solo tienes que creerlo!
Mi padre me enseñó, el libro nunca cuestionó, ¡es sagrado! su argumento y no escudriñes en los misterios de Dios, como sabia sugerencia.
Iniciaba mi camino con problemas en el motor, en el núcleo ¡la tradición! de padres a hijos y nada cambió. Siempre un mismo tema, el trazo del esquema, si no te gusta es blasfemia y no tienes perdón.
Por eso cambié de rumbo, buscando cada segundo al sembrador, guiado por una estrella, que iluminó a la doncella que Dios eligió, con quien a sus pies he soñado, preguntando por su hijo amado: ¿Dónde está mi buen Señor?
Quiero mirarme en sus ojos, quiero verle de frente, beber su copa gota a gota, caminar junto a Él siempre.
Los sueños de mi niñez no eran diferentes en mi adolescencia, en mi madurez, la conciencia de que puede ser mirando un mundo más claro, desde la luz del Calvario en la entrega total, en el amor el sacrificio, la verdad en el oficio de hacer el pan que alimenta al mendigo. No me puedo parar a observar el beneficio, las monedas contar al borde del precipicio, soñando llenar el granero de trigo.
Hoy no te puedo fallar, nada voy a preguntar, seguiré por el camino, que dejó su huella al andar, con perfume de amor divino.Qué alegre despertar. Los pájaros azules han vuelto a las ramas, los mirlos en el capulí, croan alegres las ranas, los chirotes cantan, el chingolo en las retamas, el jilguero en el perejil. La mágica mañana bordada de mil colores, de pitajos, tangaras, mariposas y ruiseñores.
Mi ventana enmarca un paisaje perfumado de peras, duraznos y guayabas como en un lienzo, acariciado por la bruma del incienso mezclado con el pino y toronjil.
La sensibilidad del creador me regala un mundo hermoso, lleno de virtud como en los cuadros de Julio Reinoso, donde cobran vida los ríos, el arcoíris y le pone acento al recuerdo en las casas de bahareque, ¡mi niñez donde mama Chocha y el abuelo Julio! (Lleno de nostalgia comenta frente a sus obras, en el santuario del arte, el parque del Ejido), en las flores amarillas de donde caen las semillas germinando en la difuminación de la aurora con el beso del sol y vuelo de palomas.
La voluntad del Señor, en las manos del pintor que juega con su creación, sincronizando los elementos, con claro movimiento, el contacto de los árboles con el viento, que sólo en sus cuadros puedes ver, la insondable sensibilidad del artista nutrido de sentimiento, conjugando el encuentro con el manojo de amor que brota del centro iluminado del corazón, con la caricia de los pinceles, los mágicos amaneceres donde su alma impregnó.
Hoy veo todo más claro, el camino es muy amplio, abierto a todos los puntos cardinales, que no te muestran los cardenales apasionados en lo difícil y camino estrecho, solo falta un puente mal hecho donde seguro te caes, con un mínimo de esperanza como la torpe arrogancia de los que se creen elegidos, seguros del arrebato como cualquier aparato de las manos de un niño.
Llenos de luz están los senderos, con la transparencia de los manantiales, que anida en la profundidad el reflejo del cielo y matices de verdes sauzales.
Todos los días, meses y años, he volado, navegado y caminado firme en la tierra, en una búsqueda interminable "la razón de mi vida" sin una respuesta, sin una guía, ¡la luz siempre estuvo ante mis ojos y no la veía!
El sueño del águila no es volar más alto y todo el tiempo (libertad) es en el aterrizaje silencioso perfecto, sobre su alimento.
Nada podía eclipsar la luz que por torrentes se manifestaba en mi mente al recuento de lo vivido, cada paso dado, todo lo que he visto y percibido. Cada escena tenía su centro de luz en mi niñez, mi adolescencia y madurez, mostrándome el camino, liberando mis sentidos, despertando mi conciencia de regreso a la inocencia donde todo es armonía: las piedras con los ríos, las uvas con el vino, las flores con las aves, la tierra y la semilla, el viento con la montaña, el sol con el paisaje y el corazón conmigo, ¡sí!, era el maestro, mi maestro, ¡el preludio al sonido de la primera trompeta!
En la inquietud de aquel niño,
en el perfume de las flores,
en el color de los lirios ,
en los pájaros cantores.En la virtud del vino,
en el rostro de Samuel,
de don Pedro, de Ismael,
del escudo, lo divino.En cada uno de mis sueños,
en el indefenso grillo,
en el recuerdo de mi abuelo,
en la esencia de los libros.En la virginal montaña,
en los cristalinos ríos,
en la cálida mañana,
en las gotas de rocío.En el hombre que trabaja,
en el rostro del mendigo,
en el vuelo del colibrí,
en cada grano de trigo.En todos mis errores
mostrándome el camino,
en el centro del amor,
el único testigo.U
na mañana diferente, con una sinfonía de trinos despertaba, con el cielo pintado de azul, como el manto de la doncella que por las noches es bordado de estrellas y en mayo es culto de amor.
Las golondrinas vuelven al campanario, el pastor cuida su rebaño, las flores llenas de rocío, los violines tocan los grillos, es feliz el ruiseñor.
Los recuerdos son matices de la armónica vida que he tenido, con más bemoles que sostenidos, pero en el pentagrama están escritos y en cada compás de silencio para mis latidos, despiertan mis sentidos llenos de luz.
Entro en profunda meditación, en una invitación a mi interior donde inician todos los caminos en alas del silencio, escuchándome a mí mismo, sin preguntas, sin repuestas, entre despierto y dormido, abrazado por el viento de todos los hemisferios y el cosmos conmigo.
Mi espíritu se ha ido a fundir en el universo, donde no existe el verso, ni el poema concluido. Mi cuerpo en el vértice, en uno de los ángulos donde duerme la conciencia, alineando los puntos cardinales con el centro de una estrella, donde confluye la energía formando una pirámide perfecta por donde mi espíritu regresa, activa mi corazón, vuelve mi sangre a correr por las venas y arterias, el oxígeno presente en mi respiración. Suavemente abro mis párpados y se iluminan mis ojos, como por primera vez ante la grandeza de mi diminuta habitación, donde me encuentro con un elemento del poder creador entrando por la ventana ¡los rayos del sol!
Una vida despierto, tan valiosa como el agua en el desierto que debo atravesar, dejar de soñar que puedo atrapar el sol con mis dedos, dejar de volar por agujeros negros, vivir un mundo cierto, lleno de esperanza, no marchitándome sin razón, como ramo de rosas sobre el muerto.
Hay mucho que aprender, ser digno al perder, una forma de avanzar, luchar y triunfar, abrir y cerrar los ojos para ver, sin noche no existe el amanecer.
Debo continuar, sin barca navegar, soy el resultado del naufragio en el delirio de alcanzar el cielo sin dejar de ser humano (los defectos y pecados son hechos aislados, lo importante es la fe), crucificado a la confusión, muerto y sin resurrección por cada congregación que a mi puerta han tocado.
Debo continuar, sin barca navegar, sin identificación, la inmensidad del mar no se iguala al corazón, ni el firmamento al amor que me ayuda a remar en una realidad fuera de la materia, desnudo al entendimiento con un claro pensamiento en el plano vertical, sin una gota en la copa, sin el sabor en mi boca, el vino nuevo se puede adulterar.
Vuelvo a casa, ahora estoy seguro que la estación al cielo, no se encuentra en el suelo, está en el pacífico vuelo a un estado mejor. Quizás en mi manera de ver la vida.
En el interminable sendero por donde he derrochado tanta energía tras la huella de aquel que encendió la luz y dio sentido a mi vida, me atrevo a pensar, que el mismo no tiene destino final, un punto donde confluyan las preguntas y fluyan las respuestas.
El problema no está en el camino, si es amplio o estrecho. El problema es el individuo, por su absoluta falta de atención al caminar. Entonces: Me detengo, no debo continuar, observo si estoy de pie, si tengo luz al frente o a mis espaldas, si en verdad estoy vivo o solo existo.
Jamás percibí el aroma de las flores por la prisa en mi camino ¿Cómo asegurar que existe?
Volveré al principio, empezaré de nuevo, puedo ser mejor, actuar mejor, hacer que exista y disfrutar de cada una de ellas, conocer sus diferencias, no por las apariencias ni colores, cada detalle apresaré en mis sentidos y jamás la prisa seducirá mi arrogancia y vanidad.
El entendimiento no es un interruptor de energía que activa o desactiva, es una energía progresiva que al contacto con la humildad, produce un chispazo de luz que enciende los sentidos iluminando la verdad, ¡nuestro camino!, y podemos dar el primer paso en firme, lo que nos motivará a caminar sin temor en la cuerda donde se mantiene en equilibrio, la razón y la fe.
Volveré al principio, sin preguntar, caminaré, observaré, sé que estás cerca, frente a mí, dentro de mis pupilas como el reflejo de todo, en todo lugar.
Volveré al principio, volveré a caminar.
Mi vida: ¿Sueño o realidad, silencio o sonido de trompeta? Cómo tener respuesta si todo lo que amo no despierta, sigo dormido en sus brazos aceptando el fracaso de mi lucha y mi propuesta. Sin decirme su rechazo está tocando mi puerta, le incomoda mi presencia, rompiendo todos los lazos me he alejado con prudencia, para amarlo en los retazos perfumados con su esencia, de versos, canciones, poemas y hojas sueltas.
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Bitácora Preludio Al Sonido De La Última Trompeta
FanfictionNovela y poesía juntos q mas puedes pedir