Gotas de plata

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Una rosa, una dalia,
aún mi habitación, mujer, te extraña.
Una hoja sobre el agua
se aleja mientras pasa la mañana.

Ahí mi corazón
te mira y me reclama,
el otoño llegó,
el viento en mi ventana.

El invierno borró con sus gotas de plata
las huellas que dejó grabadas en mi alma,
esperando el color,
el verde en la pradera,
la nueva primavera
perfumada de amor.

Bebo sin agravio
el rocío de la ausencia
que me dejaron tus labios.

Sueño despierto,
me confundes, no comprendo,
aún estás aquí a mi lado.

Envolviéndome en la brisa
de la fría madrugada,
inventando la caricia
que me falta en la mañana.







¡Mi mente y mi corazón están en blanco!
como dos versos en mil hojas,
en mi corazón te amo tanto,
¡en mi mente hasta cuándo!










Jesús no es el refugio de mis miedos,
es el santuario de mis esperanzas.
(Simaél)

Bitácora Preludio Al Sonido De La Última TrompetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora