Hacía Atrás

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Fuiste un día muy hermoso
obligando a despertarme
el momento más glorioso
que corría por mi sangre.

Como espinas venenosas
que brotaban de tus labios,
siendo tan bella la rosa
sólo fulguraba agravios.

Hoy comienza mi martirio
en un viaje por las sombras,
divagando en el delirio
donde ya nadie te nombra.

Es terrible esta agonía,
con el alma hecha pedazos,
siento que aún eres mía,
que te llevo entre mis brazos.

Cuando ya no quede espacio,
no marque el reloj las horas,
dormirán las amapolas
sobre el lúgubre epitafio.

Cuando me olvides me habré ido,
si me recuerdas estaré,
mientras no se marchite el lirio,
en tu pecho viviré.

Bitácora Preludio Al Sonido De La Última TrompetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora