Misión 4

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Capítulo editado. Si notas algún error es pura coincidencia :)

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Misión número cuatro:

—No, nunca he besado a nadie —mentí.

     El grupo exclamó asombrado y yo rodeé los ojos. ¡Vamos! Diecisiete años, adolescente, ¿en serio se creen que no besé a nadie? Mordí mi pizza y la mastiqué tranquilamente.

     —¿Quieres arreglar eso ahora, hermosura? —bromeó Aaron y yo empujé su mejilla con mi palma.

     Reí y negué con la cabeza.

     —Ya, veamos quién sigue —dije divertida. No quería aceptarlo, pero, otra vez, estos adolescentes lograban que me desvíe de la misión. Giré la botella y la punta señaló al castaño de mi lado.

     —¡Matthew! —lo señaló Brad.

     —Querido Matthew, ¿verdad o reto? —le pregunté tomando de mi gaseosa.

     —Reto —me sonrió.

     —¡Bésala! —chilló Paige y yo estallé en carcajadas.

     Matthew negó con la cabeza y despeinó su cabello con una mano, sacudiéndolo de un lado al otro.

     —Te reto a... —dije, rascando mi barbilla y entrecerrando los ojos— beber lo que queda de la botella de vodka.

     ¡Buen plan, Brid! Una vez borrachos cantarán como  pájaros. Él se puso de pie aceptando el reto y tomó los últimos dos o tres tragos que quedaban de la bebida que había sobre una barra de tragos detrás de mí.

     Me acomodé sobre la pared de la cocina, y me deshice de mis tacones. Ya era difícil sostenerme de pie, pero acomodar mis tobillos sin que luego me los quiera cortar era más difícil que cualquier otra cosa. Él me sonrió victorioso y le aplaudí mofándome de lo que acababa de hacer.

     Yo había empezado con los retos del alcohol, ahora, todos llevarían los retos a ese nivel y pronto quedarían borrachos. Cinco personas, una barra llena de botellas. Lo que necesitaba era que ninguno de los padres de Whitney bajara a la cocina, de ese modo, arruinarían todo retándonos por beber.

     Escuché el agudo timbre de mi celular sonar y me estiré para agarrarlo, pero Matthew fue más rápido.

     —"Recibimos algo importante." de una tal Claire —lee de la pantalla, con los ojos entrecerrados y la voz llena de duda.

     —Dame eso —le arrebato el móvil de las manos y él se queja.

     —¿Quién es? —preguntó Whitney, confundida.

     —No lo sé —miento.

     ¿Qué debería decir? ¡Mierda! Necesitaba una excusa de inmediato. Bloqueé la pantalla sin siquiera leer el mensaje completo y volví a hacerlo cuando recibí otro mensaje, decidiendo finalmente ponerlo en silencio.

     Le sonreí a Matthew y le pedí que me alcance la botella de algún líquido rojo y espeso. Acelerar el proceso ayudaría mucho a que revelaran datos que podrían ayudarme a averiguar algo.

     —Mis padres están en casa, Cass. No bebas demasiado ahora —me advierte Whitney.

     Caí en la cuenta de que ninguno se emborracharía. Resoplé y dejé aquella bebida demasiado olorosa a un lado; igualmente no iba a tomar, no podía hacerlo. 

     Correr el riesgo de beber de más era muy grande y tenía mucho que perder.

     —Tienes razón, lo siento. Parezco alcohólica —me río y Paige me sonríe cuando la miro.

Bridget Craine®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora