Misión 15

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Dedicado a IvanAndresCalaBallen, te lo ganaste ;)


Capítulo editado. Si notas algún error es pura coincidencia :)

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Misión número quince:


—Te daré un consejo, ¿de acuerdo? Porque te vi allí dentro y estuviste a punto de dejar que Matthew Blair te bese —estalló Taylor.    

     Seguí caminando en el bosque y encontré una cabaña vieja y seguramente deshabitada. Entré en ella y cerré la puerta cuando Taylor hizo igual. Estaba helada, por lo que fui hacia la estufa a gas y la prendí. 

     Taylor estaba a punto de darme un sermón, lo sabía, siempre hacía lo mismo. 

     Tomé la perilla con mucha fuerza y debido a su óxido sin querer la arranqué. 

     —Diablos. 

     —Cállate y escúchame, no me interesa esa estúpida estufa —ordenó. Me quedé de pie, con los brazos cruzados—. Puedes creer que te gusta ese niño rico y quieras besarlo y esas cosas, pero estás en una maldita misión, Bridget. 

     —Lo sé, Taylor. 

     —Pues no pareces saberlo. Sé que es tu primera misión en campo y es difícil, pero no puedes arte el lujo de estar con él y luego, si puedes, interrogar a alguien —habló sarcásticamente.

     Rodé los ojos. 

     —Debes poner a tu trabajo primero. Tal vez él la raptó y tiene a un equipo a su disposición que mantienen encerrada a la hija del gobernador, ¿entiendes eso? —cuestionó. 

     La conversación había subido el volumen y el calor que hacía allí era insoportable. Me arremangué las mangas de la chaqueta de Matthew y me alejé de la estufa, ya que no podía apagarla. 

     —Estoy completamente segura de que Matthew no fue —dije. Traté de convencerme hasta a mí misma. 

     —Yo no estaría tan segura como dices. ¿Por qué entonces se muestra tan interesado en ti? Tiene a las ricachonas del instituto, puede conseguir a cualquiera —me señaló con un dedo—. Pero se interesa en ti, en una cualquiera, en alguien que sabe que no es millonaria y que apenas conoce. 

     Me sorprendí de su actitud y de lo que decía. Ella nunca había sido tan cruel conmigo. 

     —¿Qué insinúas? —pregunté algo molesta de sus acusaciones.

     —Creo que él sabe quién eres, y por si te lo has olvidado, eres una espía de la CIA —me gritó—. Sabe quién eres e intenta distraerte utilizando tus hormonas para ponerte de su lado y dejar a la agencia. 

     Respiré profundo y negué con la cabeza. Esa suposición era tan errada como la decisión de Claire de enviar a Taylor a ayudarme. 

     —No quiero tu ayuda. No quiero nada de ti —espeté—. Por el hecho de que has sido espía de campo más veces que yo te crees superior y que puede mandarme. Pues adivina, no soy tu asistente. 

     Se quedó en silencio y sentí pesado el aire. Apoyé la mano en una silla de hierro para no perder el equilibrio y me quemé. 

     —Mierda. 

     Busqué la puerta e intenté abrirla pero me quemé con el picaporte. 

     —¡Mierda! —grite esta vez.

Bridget Craine®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora