Misión 28

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Capítulo editado. Si notas algún error es pura coincidencia :)

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Misión número veintiocho:



Entré al salón de artes sintiéndome destrozada. Estaba segura de que ya todos se habían enterado y que me odiaban y seguramente estaban preparando un muñeco idéntico a mí de papel maché para pegarle y quemarlo.

     Me acerqué a la pelirroja cuando la vi en una mesa mirando la pantalla de su celular y la toqué suavemente para que no salte sobre mí tomándome por sorpresa.

     —Hola Cass —me saludó Paige. La miré extrañada y ella al verme así hizo el mismo gesto.

     —Hola —respondí de forma innecesariamente extraña.

     —¿Te encuentras bien? —me preguntó frunciendo el ceño.

     —Claro, ¿por qué no estaría bien? Estoy bien —contesté con las palabras atropellándose en mi boca—Entonces... —murmuré— ¿hablaste con Matthew?

     —No desde ayer, ¿por qué? ¿Se pelearon? —se apresuró a adivinar.

     —Algo así —mentí sentándome a su lado.

     Saqué mi cuaderno y al levantar la mirada me encontré con la de Matthew. Él la desvió hacia otro lado y yo me encogí en mi asiento.

     —Tengo algo que quiero decirles —le comenté a Paige.

     —¿A quiénes? —me preguntó.

     —A todos —murmuré. Ella frunció el ceño y tomó mi mano.

     —¿Te parece en el almuerzo? —cuestionó y asentí con la cabeza—. ¿Qué nos quieres decir?  

     Tragué saliva y sorbí mi nariz. El profesor Ducci entró en el salón con su maletín y una sonrisa brillante. Me acomodé en el asiento y suspiré, agradeciendo que la llegada del maestro me haya salvado de contestar su pregunta.

 Me acomodé en el asiento y suspiré, agradeciendo que la llegada del maestro me haya salvado de contestar su pregunta

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Entré al salón de artes sintiéndome destrozada. Estaba segura de que ya todos se habían enterado y que me odiaban y seguramente estaban preparando un muñeco idéntico a mí de papel maché para pegarle y quemarlo.

     Me acerqué a la pelirroja cuando la vi en una mesa mirando la pantalla de su celular y la toqué suavemente para que no salte sobre mí tomándome por sorpresa.

     —Hola Cass —me saludó Paige. La miré extrañada y ella al verme así hizo el mismo gesto.

     —Hola —respondí de forma innecesariamente extraña.

     —¿Te encuentras bien? —me preguntó frunciendo el ceño.

     —Claro, ¿por qué no estaría bien? Estoy bien —contesté con las palabras atropellándose en mi boca—Entonces... —murmuré— ¿hablaste con Matthew?

Bridget Craine®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora