Bridget Craine®

Misión 20

¡Llegamos a la misión veinte! ¡Yeeeeeeeesssssss beiiiiibiiiiiii! Dedicado a anndorrio, gracias por votar y comentar💞

Capítulo editado. Si notas algún error es pura coincidencia :)

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Misión veinte:

Agarré el teléfono de los Moore y marqué el número seguro de la CIA. 

     —Buenos días —escuché al otro lado de la línea. Contesté lo mismo—. Número de agente y clave, por favor —pidió la mujer.

     —Agente quinientos ochenta y siete. La clave es: dos, seis, seis, nueve, cero, cuatro —respondí.

     —¿Con quién quiere hablar? —cuestionó luego de verificar la información.

     —Mary, jefa del departamento femenino de misiones en campo e investigación. 

     —Un momento.

     Esperé y Mary levantó el teléfono unos minutos después. Miré mi reloj, el instituto aún no había terminado y quería revisar las cámaras cuando lo haga. Tenía tiempo.   

     —Bridget —escuché. 

     —Hola Mary —hablé.

     —¿Cuál es la emergencia por la que llamas? —preguntó.

     —Pusieron a Marcob Doe y Olive Palm bajo observación —respondí.

     —¿Cuál es el problema?

     —¿Por qué no me lo mencionaron antes? —reclamé sorprendida.

     Se quedó en silencio. 

     —Enviamos a otro agente a resolver la misión —habló—. El problema se ha vuelto serio y al ser tu primera misión el nuevo supervisor del área masculino y yo acordamos que te vendría bien la ayuda de alguien que lleva años en las misiones en campo.

     —Enviaron a Taylor y todo terminó peor —contradije. 

     Mary suspiró.

     —Caleb Evans es espía de campo desde que cumplió los catorce. Sabe más que Taylor —respondió. Sabía que lo decía suavemente porque me afectaría a mí.

     Sorbí mi nariz. 

     —Bien. ¿Cuándo llegará? —pregunté.

     —Estará ahí inmediatamente. Lo decidimos hoy en la mañana y pensaba contártelo en una hora, cuando todo esté asegurado —contestó. 

     —De acuerdo —murmuré. 

     No podía quejarme tampoco; había hecho muy poco desde que había llegado ahí y luego de ver a Taylor muerta en serio necesitaba a alguien que me ayudara a seguir. 

     —Si no hay nada más, volveré a trabajar —escuché decir a Mary. 

     —Claro. Adiós. 

     Volví a notar adonde estaba y revisé la cocina con la mirada. El ambiente estaba ordenado y limpio como siempre. No había ni un alma en la casa y eso era en parte relajante. 

     Miré la hora en mi celular. Las clases habían terminado y era momento de comprobar las cámaras del instituto. 

     Subí las escaleras y abrí mi computador. Entré al programa y accedí a lo que necesitaba; la visión completa del edificio escolar.