Delirios de una mente enferma (Pausada)

XII

El celular resbalo de mis manos y el aire se esfumo de mis pulmones casi podia escuchar el ruido de mi corazon *crush* se rompia en pedazos, no podia creer lo que mis oidos acaban de escuchar, mi cerebro no lograba, mas bien no queria procesarlo, no queria entenderlo.

-Karyna... Karyna ¿sigues ahi?

Pero era demasiado tarde, ya no podia, realmente ya no podia, estaba jodida tanto por dentro como por fuera, ya no habia ni un centimetro rescatable en mi, solo deseaba morir, realmente lo deseaba, queria que esta voz en mi cabeza solo cesara se callara y esto finalmente acabara.

No lograba controlarme, mi cerebro no lograba reaccionar, solo queria una cosa y en este cuarto habia mil y un cosas con las cuales podrian cumplir ese deseo. ¿A quien se le ocurre dejar a una suicida con mas de 50 objetos punzo-cortantes en una habitacion sola?

Tome un par de frascos de cristal que habia en una mesa y los deje caer al suelo importandome muy poco el estruendo que estos fueran a causar, solo necesitaba cortarme de una buena vez y si el corte era definitivo mejor. Me arodille junto a los cristales midiendo con mis yemas que tan filoso era cada uno, y encontre uno que hasta me hizo latir las venas, era perfecto, su punta era tan filosa que cortaria sin necesidad de fuerza alguna. Sonreí, esto terminaba hoy.

Uno por mis padres que me dejaron sin tentarse el corazón.

Uno por mis "amigos" que en menos de nada se olvidaron de mi.

Uno por Cruela uno y dos que no saben el daño que causan.

Uno por las zorras arpías que hay en ese internado, fingiendo ser quienes no son.

Uno por Samantha, que juro que saldriamos y se fue primero.

Y uno por ese maldito hombre que me termino de matar, ese que me juro amor eterno, confianza y fidelidad, ese que juro sacarme de aqui si yo se lo pedia, ese que se esta revolcando en este momento con la mas zorra de la escuela, el ultimo y el definitivo por esos dos que mas daño me causaron, un corte definitivo por toda mi vena de manera vertical por Katherine y Patrick, todo mi amor para ustedes.

De esa manera deje correr la sangre por mis brazos, sin siquiera inmutarme, sabia que iba a morir y entonces todo lo malo que alguna vez me paso comenzo a pasar frente a mis ojos, pero ni siquiera asi, ni siquiera viendo mi vida desde el principio pude saber donde comenzo todo, donde comence a cortarme, donde comence a perder el sentido de la vida, la felicidad, la esperanza en que algun dia esto terminaria, y es por que, esto no comenzo en ningun momento, ni aparecio de la nada, solo es algo que ya tenia desde el momento en que nací, quiza este era mi destino, no ser nadie importante, no tener una vida sobresaliente, ni siquiera una vida feliz. No tener a la persona que amo y ser despreciada por las unicas personas que debieron amarme incondicionalmente, perder a mi mejor amiga, a la unica que comprendia esto, acabar en un piso de hospital con la sangre brotando de mis brazos, sin nadie a mi lado, sola.

Y creí, fervientemente creí que mi vida terminaria asi pero no, todo lo que tiendo a creer no sucede. Logrando romper la chapa de la puerta pude ver como Patrick, el doctor que hace unos minutos me dejo sola, entraba corriendo con unos guardias y enfermeras detras de él, me tomaba entre sus brazos y presionaba las heridas recientemente hechas para poder detener el sangrado para poder salvar mi vida. Las fuerzas habian escapado de mi cuerpo y no pude rogarle que me dejara, solo queria gritarle que me dejara morir, que no deseaba vivir, que ya no queria seguir viviendo un infierno.

-Dejame-logre susurrar

Un susurro tan debil que ni siquiera estaba segura que habia salido de mis labios pero aun asi lo volví a intentar.

-Dejame morir Patrick, dejame escapar de este infierno, dejame irme, dejame irme...

Y a pesar de que estaba segura de que el no habia escuchado, me miro, encontro mis ojos y los miro fijamente.

-No te voy a dejar ir, eres muy joven, no te voy a dejar ir, por que llegaste a mi y aunque me cueste te voy a enseñar que la vida no es gris, y que todos tenemos un motivo para vivir.