III

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Comence a mover a Sam, tenía el sueño sumamente pesado y por nada del mundo se despertaba a la hora que Cruela indicaba, era una cabrona de lo peor, pero estaba igual de loca que yo y eso la volvía una gran candidata a una buena amiga. Aunque sinceramente no tiendo a confiar en nadie.

Al cabo de diez minutos logre levantarla justo antes de que la directora entrara en la habitación, como todos los dias reviso cada rincon del lugar en busca de navajas u objetos con los cuales pudieramos hacernos daño, pero nunca lo hace de forma exhaustiva, a ella le da lo mismo si nos quitamos la vida o no, para lo unico que nos tiene en ese lugar era para jodernos la vida y tenernos de criadas.

Cruela salio del lugar y un gran bostezo se escucho en la habitación, no hice más que reir.

-¿Sueño?-interrogue a mi amiga

Ella solo rio y ambas comenzamos a componer las camas y a barrer el cuarto para llegar a tiempo al desayuno, aunque la rubia ese día no deseara acompañarme la llevaría a la fuerza si era necesario. Repito, ella era la unica que me entendía aqui y no dejaria que la vida me la arrebatara.

-Vamos Kary-protestaba mientras la llevaba por los pasillos-no quiero comer hoy, no tengo nada de hambre

-Ayer tampoco desayunaste ni cenaste-le regañe

Se que yo era la menos indicada para hacer que ella comiera, ya que no me había dejado de cortar desde que llegue pero realmente tenia mucho miedo de perderla. Al final logre convencerla y llevarla al comedor, se sento de mala gana pero termino un omelet y un jugo de naranja, y por termino me refiero a casi se lo metí con embudo por la garganta.

Ese día nos toco limpiar las ventanas de todo el lugar, mas o menos 45 ventanas limpias para el final del día. Con cubetas y utensilios en mano comenzamos nuestra tarea pero Sam no había hablado desde que habiamos salido del comedor.

-Sam-la llame

Ni siquiera se inmuto, mucho menos volteo a verme. Obviamente estaba enojada, una presión aparecio en mi pecho, me sentía mal y al instante me deprimí, todas las ganas de hacer algo se esfumaron de mi sistema, era un asco para hacer amigos y cuando al fin lo lograba en menos de una semana lo echaba a perder todo.

Y justo ese momento de debilidad fue el que mi gran y vieja mejor amiga ocupo para hacerme una visita.

Ay cariño ¿ya tan rapido te quedaste sin amiga? Vez lo mala que eres, tan idiota y estupida como para hacer que hasta alguien como Sam, tan patetica, se aleje de ti.

Solo deseaba decirle que se callara, pero no deseaba que aparte de manipuladora Sam viera que estoy completamente loca con mil demonios en mi interior que de vez en cuando tomaban el control absoluto de mi cuerpo.

Ella no es Patrick cariño, ese chico te pasaba todo, bueno ni tanto, te encerró aqui

Comencé a perder los estribos y un fuerte dolor comenzó a martillar mis sienes, caí de rodillas en el suelo tomando fuertemente mi cabeza entre mis manos. Sam parecio percartarse por que al instante ya estaba a mi lado.

-Karyna-me llamó pero el dolor me impedía hablar o moverme-Karyna, ¿que tienes?-escuche la desesperación plasmada en sus palabras

25 DE ENERO DEL 2014

-Vamos Patrick-grite desde la parte trasera de mi casa

Estabamos pintando la casa de mis abuelos pero mi novio no se apuraba con la manguera para limpiar el reguero que habiamos hecho, y si mi abuelo lo veía ibamos a salir golpeados de todo esto.

-Ya voy Karyna, no seas desesperada-dijo llegando a mi lado

-Vamos que si lo ve va a matarnos-dije con el temor reflejado en mis palabras

-Tranquila-me dio un beso en la frente

Entre los dos comenzamos a lavar las mesas y sillas de plastico que embarramos de pintura por jugar a volvernos murales humanos. En un instante ya lo tenía mojandome con la manguera pero no pude reaccionar, mi corazon comenzo a ir más lento, el aire comenzo a faltarme y un fuerte dolor recorrío todo mi cuerpo.

-Cariño, Karyna-oía la voz de Patrick de forma distante

Se acercó a mi e intento abrazarme pero de un manotazo lo aleje de mí, no deseaba verlo. Queria gritar, llorar, reír, romper cosas, solo deseaba cortarme. Hacia mas de una semana que no lo hacia, y sabia perfectamente lo que en este momento me  pasaba, pero mas alla de ser ansiedad, parecía otra especie de cosa, no llegaba a ser mania pero si pasaba y por mucho una ansiedad común o al menos asi lo sentia. Sentía que iba a morir y no podia mover mi cuerpo.

¡Estamos en casa de los abuelos no empieces Karyna! No deseamos que ellos se enteren que estas completamente loca

Callate, callate era lo unico que deseaba, no dejaba de gritar desde que Patrick no la dejaba hablar, desde que Patrick no me dejaba hacerle caso, ella se enojaba cada día más y más.

-¡Karyna!-grito Patrick tomandome entre sus brazos

-¡Dejame en paz!-grite de vuelta soltandome de su agarre-dejame sola, solo dejame, largate, vete

-No lo hare-me respondio-jamas lo hare

ACTUALIDAD

Y el idiota me habia dejado, se habia ido, me habia refundido aquí.

-Karyna

-¡Ya basta!-grite y me endereze completamente

-¿Qué ocurrre?-inquirio una Sam completamente desorientada

No le respondí, entre como alma que lleva el diablo al internado, corriendo llegue a mi habiatción, Sam me venía pisando los talones pero no había nada que me detuviera, habia perdido el control de mis acciones por completo, ella mandaba no yo, la ansiedad, la frustracion, la muina, el enojo y el coraje que tenia contra Patrick era demasiado.

Rebusque rapidamente la navaja entre mis cosas, la encontre y antes de que Sam me la quitara me encerre en el baño. Mis manos temblaban, mi respiracion era tan rapida que me mareaba, la quijada la tenia tensa, creí que mis dientes se romperian.

-¡Karyna sal de ahí ahora!-me gritaba Samantha golpeando fuertemente la puerta

Pero no hubo respuesta de mi parte, mis venas se marcaban completamente llamandome e incitandome a perforarlas, a llegar a ellas y acabar con todo, todo se podia acabar con un corte. Solo uno.

-¡Karyna por favor!

Las palabras de mi amiga no llegaban a ser procesadas por mi cerebro. Había un punto en el cual dejaba de pensar y razonar y era cuando comenzaba a cortar. Mis venas sabian cual era ese punto por que normalmente estas no se veian y eran tan delgadas que no podian sacarme sangre al menos que fuera con una aguja de bebé pero para estas ocasiones, mis venas se marcaban tanto que hasta podrían estar sobrepuestas en mis brazos.

-¡Karyna no te atrevas a dejarme sola!

Y ahí mi cuerpo reacciono, mi cerebro me hizo soltar la navaja. Justamente esas habian sido las palabras perfectas para poder poner fin a lo que me estaba ocurriendo.

Salí. Los ojos de Sam se encontraron con los mios. Me lance a sus brazos. Y rompí en llanto.

Delirios de una mente enferma (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora