VII

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Aún despues de media hora seguia sin poder abrir el sobre, la duda me comía por dentro pero el miedo hacia esa misma incertidumbre aun mayor. No sabía que hacer. ¿La abría o no? he ahí la duda que me carcomía viva.

Pase mis dedos de nuevo sobre mi nombre sintiendo el relieve, su letra, su perfecta letra, esa que tantas veces leí en cartas solo dedicadas para mi, la cual ahora mismo me erizaba la piel, y no por una sensación muy agradable.

Solte el quinto suspiro en menos de una hora, y comencé a abrir el sobre, mis manos temblaban pero aun así logre finalmente abrirlo.

Querida Karyna:

No se como iniciar esta carta, no se como expresar el dolor que aqueja mi pecho y envuelve mi corazón desde que tu te has ido. Se que fue por tu bienestar, que era lo mejor para ti, o al menos asi me lo ha expresado tu madre. Tal vez que tu estes mal sea mi culpa, ella me dijo que cambiaste desde que yo llegue a tu vida, perdon por haber entrado en ella. Perdon por haber despertado tus demonios, perdon por no saber controlarlos, solamente perdoname.

No dejo de recordar todos nuestros momentos juntos, desde el más insignificante hasta el mas importante. Nuestro primer beso e incluso nuestra primera pelea ¡Joder Karyna! me  haces una falta increible, jamás pense extrañarte como ahora lo hago.

Ahora bien, necesito saber de ti, al menos por ultima vez ya que no planeo volverte a buscar si asi tu lo deseas, pero para poder hacerlo completamente necesito que me digas que  estas bien, que en esa clinica te estan ayudando, que estas mejor y que has dejado de cortarte. Solo necesito saber de ti.

Jamás estuve de acuerdo en que te fueras de mi lado, pero a mi lado no parecías mejorar.

Lamento mucho no poder ayudarte.

Espero saber pronto de ti.

Siempre te amare

Patrick

Mis ojos llenos de lagrimas, mis puños completamente cerrados haciendo que mis uñas se enterraran fuertemente en mis palmas. Él no habia estado de acuerdo, mi madre lo habia hecho sentir culpable, él no me habia querido refundir aqui como lo habia sentido estos meses, todo era mentira, y yo lo estaba odiando sin razón. ¡JODER!

Deje la carta sobre la cama, necesitaba hablar con él urgentemente y decirle todo lo que ocurría en este internado, él podria ayudarme a escapar de este jodido lugar, que Patrick estuviera de mi lado cambiaba completamente la perspectiva de todo.

Tomé un celular que escondía debajo de la cama, no podía esperar más necesitaba hablar con él ahora mismo. Teclee el numero, presiona para llamar y el telefono comenzó a sonar, uno, dos, tres, cuatro tonos...

-Señorita Lauren

Mierda.

El celular cayó de mis manos, se estrello con el frio y duro piso de marmol, se agrieto la pantalla y se apago al instante.

Doble mierda.

-Usted sabe que esta prohibido el uso de aparatos moviles durante su proceso de curacion

Hablo mi profesora de calculo con un tono completamente neutro y frío. Una mujer alta, de cabello rubio y ojos verdes, hermosamente malvada. Era una de las profesoras mas crueles dentro del lugar, enseñaba con un metodo muy antiguo, y aburrido. Era casi tan cruel como la directora, con sus tontos metodos medievales de castigo.

-Señorita Roberts, yo no...

-Sin excusas, acompañeme a la oficina de la directora si es tan amable.

Maldije por lo bajo pero no me quedo mas que acatar sus ordenes, esto no sería para nada agradable y no deseaba pasar más tiempo en soledad, y mucho menos en el calabozo que conocí hace tan poco tiempo.


Y como soy una jovencita con muy buena suerte, estoy encerrada con las manos aferradas a un par de esposas pegadas en la pared, pero ahora en mis pies habia un par de cubetas con ratones y cucarachas corriendo entre mis dedos. Las lagrimas no dejaban de correr por mis mejillas como la sangre por mis muñecas. Odiaba tanto mi vida y mi suerte. ¿Por qué demonios no pude ser alguien normal sin estos cambios de humor, sin esta voz en mi cabeza, sin la depresion constante, sin los ataques de ansiedad, sin la mania? ¡¿Por qué demonios no pude ser un chica normal solo preocupada por su imagen y los chicos?!

-Sacame de aquí-susurre entre sollozos-solo sacame de este infierno, quiero estar a tu lado, tu jamás me hubieras dejado, siempre estabas a mi lado, sabías controlarme-llore aun más-solo quiero tenerte de nuevo a mi lado.


-¿Donde demonios estabas?-me interrogo Samantha la verme entrar por la puerta del cuarto

Cabizbaja me sente en mi cama justo frente a ella, mis ojos estaban hinchados y rojos, mis muñecas aun sangraban un poco gracias a la presion que habian ejercido las esposas, y mi estomago estaba completamente revuelto por la sensacion de tener aun esas cosas cerca de mí.

-¿Qué paso? Se supone que te dije que no salieras del cuarto. Esperaba verte al llegar pero al contario me encontre con un celular destrozado en el piso y ni tus luces por ningun lado.

Agarre la carta, que velozmente habia guardado debajo de mi alamohada antes de salir con la hija de Cruela, y se la extendí a Samantha. Mientras ella leía comencé a quitarme la ropa preparandome para darme un baño, un baño muy largo, tome la navaja del buro y me encerre en el baño.

-Karyna, ¿que piensas hacer con esto?-me grito Sam al otro lado de la puerta

Pero estaba muy ocupada cortando mis brazos y llorando como para poder contestarle, así que me quede callada y ella no insistio.


Sali y coloque mi pijama, Sam imito mi accion pasada y entro al baño para tomar su tipico baño relajante de por lo menos una hora, me acoste en mi cama, me acurruque pero sabia muy bien que no me podía dormir ya que Samantha me despertaria con gritos solo para terminar la charla que teniamos pendiente.

Mis ojos se cerraban y cada vez me costaba mantenerlos abiertos, me estaba muriendo de cansancio, estar llorando cada cinco minutos me dejaba extremadamente exhausta. Pero justo antes de quedarme dormida Sam saltó a mi lado en la cama.

-¿Ya me responderas todo lo que te he preguntado?-interrogo de forma tranquila

-Cruela dos me encontro con el celular en las manos, he pasado todo el dia en el calabozo con ratas corriendo en mis pies-explique de forma neutra

-Malditas brujas-dijo con furia apretando la quijada la rubia-Pero esta carta...

-Me llego hoy en la mañana, y cambia todo Sam. Todo lo que creí de él fue mentira, una mentira creada por mi madre. Solo quiero comunicarme con él, decirle todo lo que pasa en este lugar

-¿Te creera?-me interrumpio

-Lo hara, y hasta puede sacarnos de aqui a ambas, Sam-me gire para quedar frente a ella-Patrick puede ser nuestro boleto de salida

Samantha se quedo callada pero pude notar la chispa de esperanza que se encendio en sus ojos, estaba sopesando la idea y eso para mi era mas que suficiente.

-Consigamos un celular entonces, y hagamos esa llamada.

Sonreí y me arroje a abrazarla cayendo de espaldas al suelo, reimos a carcajadas.

Estabamos un paso más cerca de salir de este infierno.


Hola mis readers, ¿como estan? Disculpen la tardanza con el capitulo pero no tenia ni la menor idea de que escribir, esta sera una historia corta por lo mismo. Muchas gracias por sus votos.


Delirios de una mente enferma (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora