Junto a Kakashi, Sai y Naruto emprendieron en la misión de encontrar a su antiguo compañero de equipo. Había pasado una semana desde que partieron; iban de aldea en aldea preguntando a los aldeanos si lo habían visto, seguían huellas, pistas, habladurías de la gente...pero nada.
Nadie decía nada, tenían miedo de lo que el vengador les podía hacer si decían algo sobre él. Excepto en una ocasión en la que un pequeño niño le contó a la pelirrosada sobre un muchacho de ojos rojos que hacía poco había pasado por ahí. Sin duda tenía que ser Sasuke, o eso querían creer.
En estos momentos descansaban en una pequeña cueva alejada de ese pueblo, hablando de las pocas pistas que tenían.
—Mierda...—susurró Sakura, mirando las gotas que caían con delicadeza desde el techo de la cueva. Sin duda no tenía ganas de hablar con nadie.
—Sakura-chan, calmate, no nos vamos a rendir tan fácilmente, ¿verdad?.—el hiperactivo del grupo había dicho algo con sentido por una vez.
La pelirrosada agradeció internamente sus palabras y se levantó lentamente dando a entender que necesitaba estar sola un rato.
El peliplateado solo se limitó a mirarla mientras sacaba de su bolsillo su famoso icha icha paradise, se tumbó tranquilamente y empezó a leerlo, sin hacer ningún otro movimiento. El rubio no pudo contenerse en hablar a su amiga, sonaba preocupado.
—Sakura-chan, ten cuidado, no sabemos quién puede andar por estos lugares, no tardes, por favor.—lo único que recibió de la nombrada fue una mirada de ternura mientras salía a tomar aire fresco.
Arigatõ...Naruto-kun.
Sakura solo necesitaba su momento de relajación, y, desde hacía horas, había descubierto un pequeño lago no muy lejos de donde estaban, así que decidió darse un baño para olvidarse de todo.
Al fin, un poco de descanso. Sasuke, ¿donde te has metido?
—La luna es tan bonita...nunca me había fijado en lo brillante que es.—mirándo su reflejo en el agua se dio cuenta de que ya no era la misma kunoichi que era antes.
Ya no soy débil.
De repente, la medic-jin sintió un extraño chakra no muy lejos de su posición. Rápidamente salió del agua, se vistió y subió a la copa de un árbol bajando lo más que pudo su nivel de chakra para que no la descubrieran.
—Venga ya Karin, date prisa. Te estamos esperando para poder partir de una vez.—desde su posición sólo pudo lograr ver a un muchacho albino con dientes de tiburón, y una espada que conocía perfectamente.
—Callate ya, ¡baka!—esta voz era femenina y, según pudo ver, llevaba gafas y tenía el pelo rojo.
No tardó en darse cuenta de sus bandanas, tenían esa ralla en medio que tanto caracterizaba a los que huían de sus villas.
—Acaso son...¿renegados?—susurró sorprendida, tenía que avisar a su sensei y al rubio lo antes posible, quizás ellos supiesen algo de Sasuke.
—Lo son.—le respondió una voz detrás de ella, abrió los ojos lo más que pudo. Sobresaltada, calló del árbol desvelando su posición.
•Éste apartado ha sido editado el 5/7/2016
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¡Besos kawaiis para todas!♡
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El cerezo y el odio |SasuSaku|
FanfictionSakura está decidida a traer de vuelta a Sasuke a la villa, con o sin la ayuda de Naruto. Por eso, cuando se encuentra con Taka, no puede evitar sonreír por su victoria. O eso pensaba ella. *Editando.