Capitulo 10- Roce

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Los siguientes días a ese acontecimiento fueron terriblemente horribles para Hebi. La tensión se notaba en el aire, al menos por parte de la pelirrosa.

Ésta solo se limitaba a entrenar, comer y encerrarse en su habitación. De vez en cuando el albino intentaba hacerla salir para, según él, divertirse juntos. Sakura solo le decía que se fuera, se estaba sumiendo en su propia oscuridad.

Con la espalda apoyada contra la fría puerta, Sakura se llevó las rodillas al pecho y dejó reposar la cabeza sobre ellas. Un gimoteo dio paso a un sollozo, y luego al llanto.

-¿Frentona?-llamo Karin al otro lado de la puerta.-Sakura, no te pongas así...

-Vete.-quiso gritar la pelirrosa, pero su voz quedo atrapada en su garganta, sofocada tras una barrera de flema; tuvo que carraspear.-¡Vete!

No volvió a escuchar nada hasta momentos después, cuando agudizando bien su oído, pudo escuchar a Sasuke llegar de uno de sus tantos entrenamientos. Apretó los puños, sus ojos estaban rojos de la ira que contenía en ese momento.

Recordó a Naruto y su promesa. Recordó a su maestra y su arduo entrenamiento con ella. Recordó a sus compañeros y amigos. Recordó a su yo pequeña, esa Sakura que siempre era protegida.

Soltó un leve gruñido mientras se levantaba y cogía una lampara, que era lo único que iluminaba la habitación. Se acerco lentamente al pequeño espejo que, horas antes, había roto en un ataque de rabia. Cogió uno de los trozos del ligero cristal, y lo miro atentamente.

Sakura, eres idiota.

Con el brazo se seco las lágrimas que yacían casi secas en su fino dorso pero eso no evito quitar el ligero hinchazón que tenían, debido al constante lagrimeo que había tenido.

Nunca mas, Sakura. ¡Nunca mas!

Salio con paso decidió a lo que sería el centro de la cueva, donde estaban el resto del equipo Hebi. Una vez que notaron su presencia, miles de preguntas se formularon en cortos plazos, haciendo que el azabache mandase callar a todo el mundo.

-Sakura, prepara tus cosas, nos vamos.-sin duda Sasuke tenía ese don para estar tan tranquilo pasase lo que pasase.

-¿Nos vamos? ¿A donde?-se pregunto la medic-jin. Todo enfado había sido olvidado por ese comentario.

-Al fin hemos encontrado el paradero de Uchiha Itachi.-Karin había callado las preguntas que invadían su mente.

¿Uchiha Itachi? ¿Ya lo han encontrado? Aquí hay gato encerrado.

Sakura no pudo contestar al fijarse en la pequeña mancha roja que pasaba desapercibida por todos. Estaba situada en un pequeño costado del dorso del vengador. Dudo en si debía decírselo o no, pero su profesionalidad le pudo.

-Sasuke, levantaté la camiseta.-había sido directa, ganándose una mirada de reojo por parte del mencionado.

-Frentona, ¿que dices? Sasuke-Kun es mio, ni te atrevas a pensar en esas cosas.-la uzumaki le miraba con cierta repugnancia. El albino no pudo evitar echarse a reír mientras se burlaba de la pelirroja. Juugo miro atento hacía la zona que tanto miraba la pelirrosa, y poco después se dio cuenta de la pequeña mancha que sobresalia de la camiseta.

-Karin, evita sacar tus celos en estos casos. Si no te has fijado bien, tu "Sasuke-Kun" a sufrido un ligero corte en uno de sus costados. Lo único que quiero es acabar con todo esto y poder irme, no me mal intérpretes.-hablo con todo el profesionalismo que pudo. La pelirroja al escuchar eso, no pudo evitar sonrojarse mientras insultaba a Suigetsu por reírse de ella.

-Hmp, no es nada.-tan directo como siempre.

-Sasuke, si estoy aquí es para tratar tus heridas antes de la misión principal de Hebi. Ahora, si me dejas, vete recostando en una silla, será rápido.-

La Uzumaki había insistido mil veces que ella podía curarle más rápido, pero solo recibió una advertencia de su líder indicándole que reservara su chakra. La pelirrosa, temblorosa, acerco sus manos a la ligera herida que ya no era tan pequeña.

Se fijo en él, había cambiado bastante desde la ultima vez que se habían visto. Su mirada, ahora mas fría, carecía de sentimiento alguno y su altura había aumentado ligeramente. Lentamente empezó a aplicarle su ninjutsu medico mientras veía como poco a poco la herida sanaba.

Sintió como el azabache se tensaba ligeramente ante el repentino roce de su mano.

Éste había sido su primer contacto desde la pelea. Para él tensó, para ella cálido.

Ohayo! Aquí Bea-Chan con otro capitulo. Lo prometido es deuda gente. Cualquier critica constructiva, aquí estoy. No olvidéis comentar y votar, de eso dependerá el tiempo que tarde en subir el siguiente capitulo, que será el tan preciado combate entre los Uchiha, pero con ligeras cosas cambiadas que alterarán de algún modo, el rumbo de la historia. Besos Kawaiis para todos

El cerezo y el odio |SasuSaku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora