Capítulo trece

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El vino de Tutankamón

Eso te pasa por borracha...y pendeja.

Unos días antes de la tragedia 

Nathan

Ana está comportándose de un modo extraño ¿Acaso ya no me odia? Incluso parece que de vez en cuando me da una sonrisa coqueta. No entiendo a las mujeres, ¿Estará es sus días?

—Fue una buena película —digo para romper el silencio.

—La mejor.

—No sabía que te gustara venir al cine —tomo aire —ahora podemos venir más seguido.

—Sería un placer —dice.

Creo que estoy en un mundo paralelo. Esta mujer me está asustando ¿Dónde quedo la Ana violenta pero adorable?

Llegamos a la heladería, Ana pide un cono extra grande de vainilla y yo uno de chocolate, decidimos seguir caminando para observar las vitrinas del centro comercial. Hablamos de cosas sin sentido. Me cuenta un poco sobre su familia y su decisión de mudarse a Paris. No menciona mucho a su hermano, supongo que aún recuerda el incidente con Logan en el bar.

— ¿No extrañas Luxemburgo?

—Al principio creía que sí. —da un suspiro —después me di cuenta que no tenía amigos de verdad, ninguno trato de comunicarse conmigo.

Parece algo incomoda por admitir ese detalle. No puedo creer que alguien como Ana no tenía amigos, es una chica hermosa, inteligente y con gran sentido del humor

—Ya veo —me limito a decir.

—Las chicas son muy diferentes, creo que enserio son mis amigas. —come un poco de su helado antes de hablar —Siempre tuve amigos por montón, pero solo era apariencia. Al final del día siempre regresaba sola a casa. Nunca fui invitada a una fiesta, y la mayoría me hablaba por alguna tarea.

—Pues yo soy tu amigo Ana, lo digo enserio.

—Si no fueras un completo idiota me agradarías —da un pequeño mordisco al cono y ríe.

—Si no fueras una chillona, me agradarías.

— ¡Oye! —me da un pequeño golpe en el hombro.

—No te enojes, aunque eres encantadora cuando lo haces.

Pienso que me dará otro golpe pero sus ojos pasan de mi a una tienda de artefactos extraños. "The Museum" leo en la parte superior de la tienda. Ana se emociona tanto al ver que venden libros y se adentra como un rayo.

La sigo.

Por dentro es aún más extraño. Hay humo por todas partes, artefactos chinos e hindúes se encuentran en la pared, pequeños talismanes, uno que otro Buda y unos increíbles dragones. Busco a Ana, la encuentro como loca tomando todos los libros que le caben en la mano. Prosigue a colocarlos con cuidado en el suelo y por lo que veo está haciendo cuentas mentales de cuáles puede comprar.

— ¡Maldición! ¿Por qué soy pobre? —la oigo decir por lo bajo. Toma todos los libros y los regresa a su lugar —Ya vámonos —

Dice con tono de desilusión, hace un maldito puchero. ¿Por qué es tan adorable cuando hace eso? ¿Pero qué estoy pensando? He visto a chicas hacer el mismo gesto y me ha dado exactamente lo mismo. ¿Por qué lo veo tan sexy y adorable en Ana?

¡Me estoy volviendo loco!

Pasa a mi lado y la tomo del brazo, para en seco y me enfoca.

—Toma el libro que quieras —le digo —yo invito.

Una Apuesta. Un Ganador©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora