Con el paso del tiempo
Nunca sabes lo que vale una persona hasta que ya no está a tu lado, eso es lo que pienso en estos momentos. Leo una y otra vez la carta que Nathan dejo para mí y cada vez lloro con más dolor. ¿Estará tratando de volver?
Guardo con cuidado la carta y la pongo debajo de la almohada, corro escaleras abajo y antes de que mi mamá note mi ausencia salgo por la puerta trasera, camino por las calles en un silencio total cuando siento una gota deslizarse por mi mejilla, al principio pienso que son mis lágrimas, pero me equivoco.
¡Es lluvia! Está lloviendo.
Parte de mi comienza a dar pequeños saltos; sin embargo al cabo de unos minutos no sucede nada. No aparece ese cosquilleo que siento cuando cambio de cuerpo con Nathan, simplemente me quedo parada mientras la lluvia termina de mojarme hasta la ropa interior ¿por qué no pasa nada?
Me siento frustrada, esto está mal, tendría que haber cambiado de cuerpo, la lluvia ya no sirve de nada.
—No te preocupes por la lluvia, ya no hará que cambies de cuerpo —la voz sale de la nada.
Me doy vuelta y la veo de frente, la reconozco en seguida.
— ¡Es usted! ¿Cómo pudo encontrarme? ¿Por qué nos dio el vino?
La anciana me mira y su rostro no muestra ninguna emoción, eso hace que mi ira aumente.
—Ana, no todo en la vida es fácil, tienes que caer y levantarte, tienes que experimentar la tristeza para saber lo que es la felicidad, tienes que sacrificar para poder amar. Nathan ha hecho esto por ti, sacrificarse por amor, es parte de la naturaleza humana. ¿Dime Ana, hubieras hecho lo mismo por él?
Medito todo lo que acabo de oí, bajo la mirada hacia mis pies y cuando estoy dispuesta a responder me encuentro sola. Busco por todos lados a la anciana pero ella se ha ido, no hay nadie y un escalofrió recorre todo mi cuerpo, no estoy segura si es por miedo o frio.
Algo en las palabras de la anciana es cierto, uno hace sacrificios por amor, y yo hubiera hecho lo mismo por Nathan. Ahora lo que me queda es seguir viviendo por él, no puedo hundirme en la depresión y desperdiciar mi vida. Voy a vivir por él, y lo esperare hasta que despierte, no me importa esperar toda la vida.
Marco el número de Logan.
—Ana ¿Estas bien?
—Si todo bien, ¿podrías recogerme? estoy a unas calles de mi casa.
—Si claro. Espérame ahí.
Le doy las indicaciones precisas y espero por él. Si mi loco plan funciona podre ver a Nathan. Veo llegar el auto de Logan. Él se baja y me saluda. Es un poco incómodo, no es que fuéramos los mejores amigos. A demás ante todos, robe su auto.
— ¿Qué puedo hacer por ti? —pregunta con amabilidad.
—Primero quiero disculparme por robar tu auto —me muevo nerviosa —Era una emergencia.
—No te preocupes —sonríe —lo devolviste en una pieza.
Me rio y me preparo para hablar.
—Por favor, ayúdame —me acerco —quiero ver a Nathan.
Logan sonríe y sin discutir asiente con la cabeza. Me abre la puerta del auto. Subo y el hace lo mismo.
—Tienes suerte —agrega —mi tía esta de turno esta noche, de seguro nos dejara ver a tu novio.
ESTÁS LEYENDO
Una Apuesta. Un Ganador©
Fiksi RemajaEl capitán de fútbol apuesta con su equipo enamorar a la única chica que lo ha rechazado, lo que él no sabe es que la capitana del equipo académico de matemáticas tiene exactamente la misma apuesta contra él. Pero ¿Qué pasará cuando en un momento im...