Descendientes: Vida nueva en el palacio (TERMINADA)

Audífonos encantados

Narra Mal

Días después, fui con Evie a la Auradon Prep para dar un paseo con ella. Estábamos sentadas en una banca viendo a los estudiantes cuando una jovencita de primero le preguntó a Evie

- Hola Maestra, quiere sándwich de coral?

Yo... Que? Qué es eso? Jamás en mi vida escuché algo así.

- No gracias Mar- respondió Evie.

¿Mar? Qué nombre es ese.

La chica se fue e Evie y yo seguimos nuestra conversación.

Pasaron días, y a la puerta del castillo llegó un regalo para mí. El guardia fue a darmelo y dijo que era anónimo. Venía envuelta en una cajita de color púrpura, con un lazo azul. Lo abrí y eran unos simples audífonos, de esos grandes.

Me pregunté quién me lo pudo haber mandado. En ese momento quería probarlos, así que los conecté a mi celular pero no servían; puse una rola de mi banda favorita Evil Even In Music, pero no funcionaban.

- ¡Que basura!- dije mientras los tiraba a la basura.

Al día siguiente, llegó Ben de un viaje, yo estaba en la biblioteca.

Narra Ben

Llegué algo cansado, así que entré a la habitación y vi en la basura unos audífonos. Me pregunté qué hacían en la basura unos audífonos tan nuevos, así que me los puse para ver si eran cómodos 

PD: amo lo cómodo.

Pero era raro, empezó a sonar música de ópera, ¡SIN QUE YO LOS CONECTARA! luego sonó rock, después country, de ahí pop, al rato música de iglesia y después todas se revolvieron, hasta que escuché una voz ronca que decía:

- Estás bajo mi control

Me sentí hipnotizado. Luego el cable de los audífonos desapareció y sólo quedaban los audífonos; tan sólo escuchaba música, de cualquier tipo.

En la cena, esos audífonos me trajeron muchos problemas con Mal.

Ella me sentó porque estaba muy distraído y no dejaba de ver mis audífonos.

Narra Mal

- Emm Ben... - iba a preguntarle porque traía los audífonos pero decidí que no.

- Leí un libro sobre la construcción del castillo y...- vi como no me estaba prestando atención. - Ben.. me estás escuchando?...- le dije mientras le sacaba una parte del audífono pero el seguía bailando como loco. - ¡BEN!- le quité los audífonos.

Hasta que al fin me escuchó, se sentó muy serio.

- Emm me decías?...- dijo como si nada pero me fui enojada.

Mis suegritos... se quedaron atónitos.