"Las Sombras de mi Pasado"

Capítulo N°17

Y de nuevo llegamos al comienzo de la historia, mi madre quería hablar conmigo de Dylan yo en ese momento pensaba en mi habitación, acostada en mi cama y mirando hacia arriba perdidamente que tanto me querrán decir de Dylan, lo conocen de años y es un chico simpático aunque a veces un tanto tímido y con una personalidad única que muy pocos conocen o mejor dicho, a los que muy pocos Dylan les permite conocer o comprender pero aún así era un buen muchacho, no daba problemas mayores a su falta de atención en clase y sus modales eran dignos de admirar y provenientes de un hermoso hogar en el que a punta del sudor de sus frentes y otros esfuerzos sorprendente su familia logra salir adelante y con grandes recompensas.

Aún me preguntaba porque mi tía había dicho tan disparatado comentario, estoy muy al tanto de su carácter y bastante enterada de sus pensamientos locos y extrovertidos que dejaría plasmado a cualquiera al que se los menciona, muchos no saben porque su vida se ha tornado un poco obstinada, pero con su dedicación propia y su pequeña familia, osea mi madre, mi abuela y yo, lograba vivir tranquila y sin pensar en algo material o en algún otro sentimiento que llenará algún espacio vacío que se encontrará en ella, tenía sus amigos y alguno que otro delirio amoroso que al final no terminaba en ninguna relación seria. Pensándolo bien, muchos debería de seguir sus pasos y vivir sin preocupaciones innecesarias o algún temor a perder algo por no saberlo cuidar, preocuparse un poco más por si mismo o por sí misma y dejar a un lado todos esos problemas que abruman a cualquiera aunque trates de no pensarlos las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana, pero sabes que siempre van a estar presentes hasta que los soluciones o alguien más lo haga por tí, lo cual nunca pasa, las personas en su mayoría son egoístas y lo sé por experiencia propia, muchos llegan como amigos y terminan siendo las personas con las cuales hacen que quieres que el tiempo de marcha atrás y evitar el momento del encuentro o el motivo por el cual se conocieron y formaron tal vínculo desastroso que solo trajo malos sentimientos para muchos.

Mientras pensaba todo esto, solo estaba por un momento más alejada de mi realidad, y ese sueño que imaginaba despierta se derrumbó con un grito de mi madre llamándome a la cocina así que me dirigí hasta ahí y me senté en un banco que se encontraba cerca:

-¡Mi amor!, hija ¿Quieres comer algo?

-Me encantaría mamá, la verdad es que tengo bastante hambre -hale un poco el banco y me senté en él-

-Muy bien cocinaré algo rápido para tí, y de una vez por todas hablamos de ese tema que me tiene preocupada.

-¿Preocupada? ¿De qué hablas madre?

-De ese jovencito... El vecino del sur de la calle ¿Qué te traes con él?

-Dylan y yo solo...

-Dylan, Dylan. Ese era el nombre, el hijo de mi amiga Amelia, deberíamos de ir a visitarla pero eso lo veremos después así que continúa querida.

-Muy bien, te decía que Dylan y yo solo somos...

-Son novios ¿O me equivoco? Los dos penas tienen once años, no es posible que esta relación siga adelante.

-Madre, tranquilizate, no pasa nada y por otro lado Dylan tiene doce años ya y...

-¿Qué? Doce años, es un aprovechado que no tiene ni la menor idea de como tratar a una mujer, no sabemos sus intenciones hija, los hombres pueden llegar a ser muy...

-¡Madre ya! -le interrumpí elevando la voz- Dylan solo quiere ayudarme.

-No me levantes la voz señorita, respeta a tu madre. Y ¿Ayudarte a que? Si se puede saber claro o ¿También le esconderás eso a tu madre?