Capítulo N°19

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Ese era mi último día en el hotel, así que estaba realmente feliz de saber que no lo vería hasta el final de las vacaciones.

Mientras hablábamos yo era un poco cortante, de vez en cuando lo ignoraba o me hacía la que estaba sumamente concentrada mirando hacia la playa, pero me sentía extraña al hacer eso ya que no era una de mis costumbres, así que era algo incómodo aparentar una actitud que en realidad no era mía. Traté de ser un poco más flexible al momento y a las circunstancias entonces traté de hacer la conversación un poco más amena; nos reíamos más y todas las palabras salían con fluidez.

Cuando terminamos de desayunar notamos que la familia de Bryan y la mía ya habían bajado a desayunar, mientras nosotros ya habíamos acabado y en ese momento miramos el cielo por la ventana al mismo tiempo y el clima era perfecto, el sol hermoso y una brisa refrescante entonces nos miramos, sonreímos y me dijo:

-¿Te gustaría ir a caminar?-miró por la ventana-

-Si claro, vamos -le sonreí-

-Vamos -respondió devolviéndome la sonrisa-

Levantamos los platos y fuimos los dejamos en el lavadero; íbamos caminando hacia la puerta y Bryan la abrió por mí, es muy caballeroso pero en realidad no tenía idea de esa otra parte de él, tal vez en la escuela solo quería  aparentar ser un “chico malo” y tratar de sorprender a los demás.

Salimos y comenzamos a caminar por un camino que llevaba hacía la salida del hotel, y continuamos hablando por el trayecto de lo que había pasado en la escuela y Bryan seguía disculpándose por todos esas bromas de mal gusto que me había hecho todo el curso anterior pero eso era algo que ya había superado, no me importaba pero aún seguía un poco resentida por esos actos que había hecho, pero eso ya no importaba las personas cambian y en realidad algunos lo hacen pasar bien otros para mal pero con el tiempo nos acostumbraremos a todos esos grandes o pequeños pasos quedaremos conforme vayamos creciendo.

Mientras salíamos del hotel comencé a pensar en Dylan, sólo quería verlo y pasar un buen momento con él, hablar y hablar por horas sin cansarnos y sin la presencia de esos típicos silencios incómodos que se dan a menudo cuando dos personas realmente no tienen de qué hablar, que no saben nada el uno del otro y que pretenden encontrar una forma de diálogo pero que no se vuelve efectiva. Nuestra charla era amena:

- Aún recuerdo esa última nota que me arrojaste. Y cómo eficazmente te diste cuenta de que Dylan iría a mi casa, sinceramente ocupaba hablar con él de un gran problema, sí, supongamos que le puedo decir así realmente es un tema muy difícil de explicar.

-¡Oh!¿De qué nota hablas? La única nota que te envíe fue esa que te lanze y por la cual tú te exaltaste tanto, que me enteré, terminaste hablando con la maestra.

-Espera, ¿En verdad vos no me enviaste esa última nota? Cayó en mi escritorio, y fue una gran suerte que la maestra no estuviera en el aula, de lo contrario, quizás me hubiera dado otra de sus charlas como las de la vez anterior.

-Me tomó del brazo- Te juro que no te la lancé yo.

-Pero… ¿Entonces quién?

-No tengo la menor idea- levantó los brazos-

Miré hacia la arena y comencé a pensar quien la había lanzado, pero se me hacìa cada vez más complicado, ni siquiera recordaba a algunos de mis compañeros, ese año había sido tan desastroso que realmente no quería recordarlo por el resto de mi vida.

Bryan me movió un poco la mano extendida frente a mi rostro y reaccioné, lo miré y él me miró. Nuestras miradas eran confusas y no entendíamos lo que pasaba, yo creía que Bryan la había lanzado pero ahora todo había cambiado y las nuevas preguntas eran ¿Quien? y ¿Por qué?, esta vez me había quedado sin sospechosos y sin “evidencia”, quizá jamás lo averiguara o tal vez algún testigo visual que recordara el hecho, pero esas serían posibilidades casi nulas.

Tal vez la mejor manera sería aceptar, de una vez por todas, que no lo sabría nunca y que esa intriga desaparecería poco a poco con el tiempo o al menos eso esperaba.

Traté de dejar el tema a un lado, así que lo tomé por el hombro y lo empujé suavemente hacia la playa y Bryan comprendió que seguiríamos caminando. Llegamos a la playa y miramos el horizonte, el mar brillaba reflejando los rayos del sol, la arena parecía pequeños granitos de oro y era el escenario perfecto para descansar y relajarse durante horas aunque a la vez me sentí un poco nostálgica por saber que ese sería el último día en ese hermoso paraíso.

Y en ese momento sentí como Bryan me tomo la muñeca, me detuvo y me dijo:

-¿Sabes algo?

-¿Qué?

-El por qué yo te hacía tantas bromas y tan de mal gusto que hacían que te volvieras furiosa conmigo.

-En realidad, siempre me lo he preguntado. No siento que te haya hecho nada malo o tal vez ¿Hice algo en años anteriores y no lo recuerdo?

-No, tu no me hiciste nada.

-Entonces…

-Bueno en realidad si hiciste algo- me interrumpió-

-¿¡Oh en serio!? ¿Y qué fue lo que hice?

- En realidad tu no tuviste el cien por ciento de la culpa…

-¡Pero habla!

-Tranquila, te lo diré...

-¿Siii?

-Desde que te fuiste con Dylan por primera vez hace unos años y me dejaste de hablar sentí un gran enojo hacia él, no entendía porque era pero ahora lo sé.

-Y ¿Qué es?

-Creo que me puse un poco celoso al saber que tal vez me cambiaste por él.

Yo lo miraba con ojos de asombro, no recordaba esos momento, olvidaba que en algún momento fuimos muy buenos amigos jugábamos juntos y pasamos buenos ratos pero de eso ya habían pasado varios años.

Mientras lo pensaba lo seguía mirando y no lograba dejar de pensar en ese momento en el que vi por primera vez a Dylan, en realidad estaba en un parque cercano a mi casa, era un día nuboso y aparentaba a que iba a caer un agran tormenta en unos instantes, pero qué mejor ambiente para jugar que bajo la lluvia, yo jugaba con Bryan que en ese momento también era mi vecino, cuando llegó otro nuevo niño a jugar con nosotros, un pequeño lindo y tierno de brillantes ojos cafés que me cautivaron en el momento, nos pidió jugar con nosotros y nosotros aceptamos.

Después de un tiempo comenzó a llover, y los tres empezamos a jugar bajo la lluvia, solo queríamos seguir y seguir hasta el anochecer, pero unos pocos minutos después llegaron nuestras madres con sombrillas por nosotros; se sorprendieron al vernos completamente mojados y sucios con tierra.

Los tres nos colocamos en fila frente a ellas y solo nos miraron y se rieron, ya que era lo único que pudieron hacer en el momento y ya después nos fuimos a la casa y cuando llegamos vi que Dylan vivía muy cerca de mi casa así que entré y me bañé, al día siguiente mi madre me llevó a casa de Dylan y desde ese momento el lazo se unificó más haciendo que solo tuviera ojos para Dylan y que sin tener la intención de hacerlo me olvidara poco a poco de Bryan, al punto en que olvidé nuestros momentos juntos.

Le tomé las manos a Bryan y comencé a disculparme, recordé todos esos momentos que jugamos y comencé a llorar de emoción él me miró y sin decir nada comprendí que había aceptado mis disculpas, después solo me sonrió, lo abracé y sentí en ese momento en calor de un hermano y comprendí que encontré un nuevo amigo o mejor dicho reencontré a mi mejor amigo.

"Las Sombras de mi Pasado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora