Capítulo N°6

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Miraba por a ventana de la sala de estar deseosa de que los primero rayos de sol se aproximaran y tocaran mi habitación, no podía esperar más el momento de que pudiera entrar, alistarme para ir a la escuela y ver nuevamente a Dylan.

Noté que el sol se movía y que estaba próximo a mi habitación, espere unos pocos minutos más y acudí a sus afueras, observaba la puerta, tenia toda mi vida de vivir en esa casa y jamás me había detenido a mirarla, tenía pequeñas aberturas por su antigüedad y unos rasguños diminutos en la orilla de su manija, los toque y oí un resoplo que me intrigó, ya que la habitación estaba vacía aunque en realidad sabía que cuando entrara no estaría sola, que algún día descubriría que era lo que me acompañaba todas esas noches, y tal vez ese día estaría cerca.

Después de seguir mirando la puerta, tome valor y sujeté la manija, le di vuelta suavemente y la abrí empujando suavemente, me digne a mirar por un lado de la puerta sugetándome a la pared, logré observar que no había nadie y la cama seguía como la dejé la noche anterior y todo se veía normal, no había nada fuera de lugar ni tampoco con diferente posición, entré despacio y tomé unos accesorios y me fui a desayunar, me encontré con mi madre y mi tía en la cocina y las saludé:

- Buenos días!

- Buenos días mi amor

- Buenos días querida - dijo mi tía-

-¿Por qué anoche hiciste tanto ruido cuando llegaste?

- ¿Yo? - preguntó mi tía-

- Sí, tú - Confirmó mi madre-

- Pero si yo también escuché esos ruidos -me miró y me dijo- estoy segura de que fuiste tú.

- ¿Yo?, yo dormí profundamente en mi habitación y no oí nada.

- Jamás!, no pudiste pasar esos ruidos por alto.

- Bueno, no los oí, quizá tenga el sueño pesado y también me encontraba muy cansada pudo haber sido eso.

- Sí -respondieron dudosas al mismo tiempo-

Yo sonreí y me retiré a listarme para luego dirigirme a la escuela.

Después de tomar una ducha e ir a mi pieza comencé a pensar y decidí decirle a Dylan sobre las misteriosas sombras, sabía que me escucharía, me ayudaría y me quería ir caminando hacia la escuela con él para saber si podría contarle todo hasta llegar a la escuela.

Llame a mi madre y le dije:

- Mamá!!! - grité-

- ¿Qué paso hija?

- ¿Tienes el número de la madre de Dylan?

- Pero, ¿para qué quiere el núm...

- ¿Si lo tienes? - la interrumpí-

- Sí hija, esta en la agenda sobre el mueble.

Corrí hacia la agenda telefónica y busque rápidamente el nombre de la mama de Dylan, marqué desde el teléfono de mi casa y espere a que contestaran:

- Aló

- Dylan

- No, su madre ¿Cómo estas? -preguntó ya que había reconocido mi voz-

- Hola, estoy bien gracias ¿ Y usted?.

- Muy bien gracias. ¿Quieres hablar con Dylan?

- Sí señora, ¿podría ponerlo al teléfono?

- Si claro, un momento.

Escuchaba como su madre llamaba a Dylan y los pasos de el corriendo al teléfono.

- Hola! - me dijo-

-suspiré- Hola!, ¿cómo estas?

- Bien, bien ¿Y vos?

- Bien- y me reí con una risa sumamente extraña-

- Voy saliendo para la escuela, ¿Te gustaría ir conmigo?

- Si por supuesto, dame cinco minutos y salimos juntos.

De nuevo corrí hacia mi pieza y recogí mis cuadernos muy apurada, no quería hacer esperar a Dylan.

Salí de la casa, me despedí de mi tía y mi madre, y abrí la puerta la cerré y ví a Dylan sentado a un lado de la calle, le grité "Dylan!", se volvió y me miró, comencé a temblar y no podía parar de mirarlo, camine hacia él mientras se levantaba de la acera, llegue a su lado y quedamos frente a frente nos miramos fijamente a los ojos y nos dimos una cálida sonrisa y bajamos la cara ya que fue un poco incómodo, volvimos a levantar la mirada y se repitió, no conseguía dejar de verlo a los ojos, quería lanzarme encima de él y darle un gran abrazo acompañado de un maravilloso beso pero creía que tal vez no debía ya que no conocía su reacción ante esa situación pero aún con todos esos pensamientos lo hice, lo mire, le brindé una de mis mejores sonrisas, le di un gran abrazo y un gran beso en su mejilla, Dylan también me abrazó y me dió un beso en la frente, ya que era más alto que yo, después de ese caluroso saludo comenzamos a caminar hacia la escuela.

Cuando íbamos de camino recordé lo que le quería contar a Dylan, pero no encontraba el momento ni las palabras para contarle y seguía con miedo a lo que me dijera o a su reacción a saber lo que veía pero yo sabía que ya me había decidido a contarle y no me iba a hacer para atrás estaba dispuesta a aceptar su reacción y sus comentarios aunque me causaran un gran y muy profundo dolor en mi corazón pero esas serían las consecuencias y no tenía otra elección.

Cuando faltaba más o menos unos metros pero llegar a la escuela me detuve y no seguí caminando, Dylan me miró y me dijo:

- ¿Qué te pasa?

- Yo ocupo decirte algo, pero...

- ¿Pero?,¿Qué me ocupas decir? -dijo interrumpiéndome-

- Si te digo, prometerme que me escucharas y dejarás que te explique cada detalle.

-Te lo prometo -dijo un poco serio-

Lo miré y le conté que desde hacía unos días, específicamente desde el día de la muerte de mi abuela y todas aquellas sombras que me atormentan cada noche hasta la llegada de los primeros rayos a mi habitación.

Dylan me miraba y no decía nada, como siempre estaba muy atento a cada palabra que decía pero su rostro no tenía expresión alguna, más bien tenía expresiones muy suaves y no me daba pistas de lo que creía o pensaba de todo lo que le decía pero tampoco tampoco huyó o me criticó pero sabía que su reacción podría tardar y me preparaba para lo que me diría a continuación.

"Las Sombras de mi Pasado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora