Capítulo N°9

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Al día siguiente me levanté a las 5:00a.m; amaneció un poco más oscuro de lo normal pero aún así algunos rayos de sol lograban entrar a mi habitación.

Esta noche pude dormir tranquila y noté que cuando llegue a mi casa y ya iba a dormir, comencé a pensar en todo lo que hablé con Dylan y todo lo que pasé con él, en esa noche las sombras no aparecieron, solo en el momento en el que me desperté, me di cuenta de que no había ocurrido nada, ninguna sombra se presentó ni sentí nada que me asustara o que me intimidara.

Me levante de la cama y fui a desayunar, me levante muy feliz y emocionada por saber que podré ver a Dylan en la escuela y hablar sobre ese problema que me atormentaba.

Mientras desayunaba mi tía se levanto también para acompañarme a desayunar y hablar un poco antes de irme para la escuela:

- Buenos días tía! -le dije riendo-

- Buenos días querida ¿Cómo dormiste?

- Súper bien!, tenía tiempo que no dormía tan placenteramente -suspiré y sonreí-

- Y eso, ¿Por qué hoy tan feliz?

- Ayyy tía! ¿Por qué no estarlo? Me siento tan bien hoy -volví a suspirar-

- Tienes razón siempre, hay que estar feliz pero al parecer vos tienes otras razones ¿O me equivoco? -se sentó en la silla-

- Ayyy no tía! Simplemente estoy feliz porque el amor es hermoso! - la abracé por la espalda-

Obviamente no iba a decirle a mi tía que estaba así de feliz por la emoción de ver a Dylan de nuevo, poder hablar con él y saludarlo con un gran abrazo de nuevo, saber que lo podré abrazar y reír junto a él que me tenía "como loca", sentía como las maripositas volvían a mi estómago y no lograba dejar de pensar en Dylan, no lo lograba pero tampoco quería dejar de hacerlo, me sentía bien pensando en él pero mientras pensaba en eso, mi tía me dijo algo pero no logré escucharla así que le dije:

- Perdón tía, ¿Qué me dijiste?, bueno ahora me dices tengo que ir a alistarme o si no se me hará tarde para llegar a la escuela.

- Precisamente eso te dije, se te hará tarde para llegar a la escuela.

- Oooou!, lo siento en verdad no te escuché, pero ahora sí voy a alistarme.

- Que niña tan enamorada - sonrió-

Oí cuando me dijo eso, pero si me daba media vuelta y le decía algo me atrasaría más.

Me fui a bañar y no dejaba de pensar en Dylan, sabía que cada vez sería menos el tiempo para verlo, aún mientras me llamaba me decía a mi misma que debía controlarme cuando lo viera, para no poder levantar sospechas de todo lo que sentía por él.

Fui a ponerme el uniforme de la escuela, que por cierto me incomodaba al mil por mil, la blusa era de botones y no tenía lugar por donde no tuviera un defecto, la tela era pesada y calurosa, y el pantalón no se ajustaba como quería pero no podía hacer nada, así que me lo puse con todas las quejas de cada mañana, me acomode el cabello como siempre, totalmente lacio y un mechón echado para un lado el cual no me duraba ni una hora bien acomodado y se me desarmaba totalmente pero aún así me esforzaba para que quedara bien, revisé por última vez mis cuadernos y útiles, tomé mi bolso, me dirigí a la puerta y salí a caminar hacia la escuela, se me hacia tarde y casi que salí corriendo para allá.

Mientras iba de camino seguía pensando en que tal vez Dylan había conseguido información sobre las terribles sombras, pero a la vez me daba miedo saber que me atormentaba de noche, no quería parecer que me asustara pero en verdad lo hacia, con tan solo pensar en ellas.

Caminaba y caminaba pero sentía que no avanzaba, hacía frío y faltaba muy poco para llegar a la escuela, me ponía ansiosa cada vez un poco más, cuando llegue me puse aun mas nerviosa pero entré y me senté pero ya los nervios me comían. La maestra comenzó la lección y Dylan no llegaba, ya habían pasado cinco minutos y no sabía si iba a llegar o no, seguía mirando el reloj y quería salir corriendo a casa de Dylan para saber el porque no había llegado, el siempre llegaba temprano, en ocasiones hasta llegaba más temprano que yo, ya habían pasado diez minutos y seguía sin llegar, me ponía muy preocupada, quería verlo y también quería saber que había investigado sobre esas sombras o si sabía algo de espectros que se mostraran de esas formas, seguía esperando y miraba el reloj desesperadamente, me sentía impotente y angustiada de no saber donde estaba Dylan, entré en un estado de angustia que me tomaba y me hacía sentir mal.

Veía como los minutos pasaban y como las agujas se movían, cada minuto lo esperaba y después de unos cuantos segundos, esas instancias me recordaron a la ultima noche que ví a las sombra, como me rodeaban y como parecían salían del reloj de mi abuela, comencé a agitarme y a temblar, el miedo me volvió a invadir y no me dejaba tranquila, tenía unas inmensas ganas de salir corriendo del aula e ir a abrazar a Dylan en donde sea que estuviese, ocupaba su apoyo pero continué mirando el reloj y seguía sintiendo como la horrible vibración de las agujas me aceleraban el corazón y cuando noté que ya habían pasado quince minutos apoye los codos sobre la mesa, tomé mi cabeza y metí los dedos en mi cabello, lo despeine y no lograba controlarme, la maestra seguía dando la lección, solo oía como la ella hablaba y como mis compañeros cuchicheaban a mi alrededor, no lograba concentrarme y la mayoría de sonidos me abrumaba, la luz me molestaba los ojos y sentía que la cabeza me iba a explotar del dolor incandescente que tenía, definitivamente ocupaba ayuda porque no podía seguir así, no era en lo absoluto saludable para mí sentir eso, aún todos los sonidos me abrumaban incluyendo el de los camiones y autos que pasaban en la carretera por fuera del aula y el sonido de las agujas del reloj pesaban y me aturdían, cada segundo se intensificaban más y más hasta que en un momento todo se tronó calmo y no oí nada, mis manos tapaban mis ojos, los abrí pero aún me cubría, oía mi respiración y continuaba agitada pero tenía curiosidad de porque todo se había detenido, parecía que estuviese encerrada en una cápsula aislada de toda persona y sonido que cualquier cosa emitiera, pero cuando logré volver un poco en si, pude oír cuando la maestra dijo -Que bien que llegaste-, pero no hubo respuesta así que me destape los ojos y mire hacia la puerta y ahí estaba Dylan, casi que pude ver como una luz dorada alumbrada a sus espaldas.

Me alegré demasiado al verlo, no podía dejar de sonreír y las cosquillas en el estómago volvieron pero cuando noté que se me acercaba y se sentaría en la silla de al lado y veía que me sonreía la euforia se apodero de mi y cuando ya se sentó a mi lado lo abracé con todas mis fuerzas, oí como todos suspiraron y vi la cara de algunos, por encima del hombro de Dylan, que se quedaron con la boca semi abierta y con los ojos extremadamente abiertos mirándonos.

En ese momento Dylan me susurro al oído -Ya sé lo que te atormenta-, quede seria y lo dejé de abrazar, lo tome por los hombros y quedamos frente a frente, solo le pude dar una gran sonrisa y dejar que todo siguiera normal hasta que terminara la lección y de camino a casa hablaría con él sobre todo lo que había investigado de las misteriosas sombras nocturnas.

"Las Sombras de mi Pasado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora