Capítulo N° 21

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Los días continuaban pasando y seguían sin tener ni una sola noticia de Dylan, y esta vez durante días seguí con la incertidumbre de su paradero. A alrededores de su casa no se movía ni una alma, algunos vecinos y amigos aún continuaban en vacaciones y otros simplemente descansaban en sus casas; yo por otra parte dediqué mis vacaciones a dormir hasta tarde y descansar mi mente dibujando todo el día.

Dylan me contaba lo libre y feliz que se sentía cuando estampaba sus sentimientos en una hoja, en un lienzo o en cualquier otra parte donde pintara así que quise experimentar un poco con esa sensación, ya él me había apoyado con la idea de comenzar a pintar y me gustaba, pero en realidad aún no percibía esa pasión por la pintura como él la sentía. Cuando me encontraba frente a un lienzo sentía un miedo que me recorría por dentro, mi mano temblaba y no sabía que comenzar a dibujar, sentía como todos esos pensamientos revueltos en mi cabeza se tornarban oscuros y no lograba diferenciarlos, en un momento tenía esos sentimientos a flote y la inspiración sin límites, pero de un pronto a otro, frente a esa base en blanco que sería un escape de mis emociones, no lograba expresar nada, ese miedo extraño que no sabía cómo controlar llegaba, no le temía a ninguna otra cosa sobre la tierra, tenía miedo de expresar mis emociones y que tal vez otros las vieran, poseía la habilidad de dibujar de buena forma, muy pocos la poseen y lo consideraba un don, pero un don que no sabía cómo explotar.

Mi madre me traía pinturas e ideas para que pintara o dibujara pero no estaba de ánimo, de vez en cuando las tomaba y preparaba todo para comenzar, mi inspiración se desbordaba, pero al momento de empezar a pintar el miedo se apoderaba de mi nuevamente y tiraba todo al suelo bruscamente. Me sentaba en mi cama y comenzaba a llorar nuevamente por horas hasta quedarme dormida.

Una noche de tantas, después de tratar nuevamente de dibujar me quede dormida. Había pasado bastante tiempo desde que las sombras misteriosas dejaron de atormentarme, los sonidos desaparecieron aunque ese sentimiento de que algo me seguía cuando caminaba por mi casa, o que algo me miraba continuaban.

Esa noche, dormía en mi cama, y sentí algo que se sentaba en una esquina de esta. Abrí los ojos pero no quería moverme, tal vez habían vuelto esos espectros, quería que esa fuera la última opción, pero no fue así.

Recordaba lo que había sucedido con Dylan fuera de su casa, no lograba olvidar su mirada. Mientras estaba en mi cama mirando hacia el techo me comenzaba a marear y ha sentir que tal vez recaería en ese trance que me hacía ver las sombras. En ese momento después de pensarlo bien deduje que todo era producto de mi imaginación y que esas sombras, espectros o espíritus malignos que me atormentaban no existían físicamente y tan solo los imaginaba. Pero, quizás esos pensamientos podrían cambiar con el paso de la noche.

Las agujas del reloj marcaban medianoche, todo estaba en silencio, pero esa pesadez en el aire continuaba abrumandome; no veía ninguna anomalía en mi habitación, todo seguía en orden.

Pasaron unos cuantos minutos y los ojos se me comenzaban a cerrar, quería ir por un vaso de agua antes de dormir pero en ese momento noté que no podía levantarme de la cama, sentía un peso sobre mi, no veía nada pero si lo sentía, era la primera vez que de verdad podía sentir algo; un ser físico, que tenía peso, no podía decir humano porque en realidad no sabía si lo era o no. Esto me estrujaba la garganta, no me estaba ahorcando pero sentía esa ligera presión que hacía que no me pudiera mover. Esta vez creía que era real, que era físico, lo podía sentir sobre mi, el miedo que me causaba era otro factor que me imposibilitaba moverme y tal vez salir corriendo de mi habitación.

Unos segundos después esta presión continuaba, lograba ver el techo a través de este ser que me sostenía pero a veces lograba diferenciar una especie de ojos negros y profundos que se presentaban como destellos frente a mi esa mirada profunda y espeluznante que me atemorizaba aún más junto con una sonrisa burlezca que se me cercaba.

Ese espectro me comenzaba a agitar sobre la cama de arriba a abajo mientras me tenía tomada de los hombros. Por un momento logré mover mis ojos hacía un lado y noté esas extrañas marcas en mi hombro; rasguños se formaban en mis brazos poco a poco, en el momento no dolían pero unos segundos después comenzaron a arder, sentía hierros candentes que me pasaban sobre la piel de los brazos.

Y luego de unos segundos la presión desaparecio. Ese transe duró unos pocos minutos pero se hicieron eternos, este ser me había dejado en paz, o eso pensaba.

Después de no creer lo que acababa de pasar, comencé a pensar que fue un sueño, pero unos segundos después confirmaría la credibilidad de este suceso.

Respiraba agitadamente, me sostenía de los lados de la cama y solo lograba ver hacía el techo, de un pronto a otro mis pies se comenzaban a separar de la cama, mi cadera y espalda también hasta que llegó el momento en el que solo me encontraba sujetada a los lados de la cama, trataba de enterrar mis uñas en las sábanas para que esto no me llevara, comencé a oír una risa gruesa que se reía de mí en un eco profundo, que me humillaba al ver que me podía jugar conmigo, eso que siempre creí que podría ser solo una fantasía absurda y oscura ahora era real, estába levitando sobre mi cama.

Lograba sentir como mis uñas atravesaba las sábanas, este ser casi me hace tocar el techo de mi habitación tal vez debio haberme dejado caer sobre el suelo lastimandome y o hasta quiza podría llegar a matarme, pero no fue así. Deje de sentir esta sensación por unos cuantos segundos, después de eso, acostada en mi cama no recordaba la transición de está levitando sobre la cama y luego volver a caer sobre ella entonces me entró la duda decí todo lo que había sucedido pudo haber sido real o solo mi imaginación cualquiera podría oír cosas que no hacen ruido, ver sombras que no estan ahi e incluso sentir sobre nosotros mismos que no existen. En ocasiones la imaginación logra ser más fuerte que nosotros, que nuestro corazón y que la realidad dedabrida a la que estamos acostumbrados.

A la mañana siguiente no sabía si lo que había pasado era verdad no los rasguños habían desaparecido y todo lo demás aparentaba ser tan sólo producto de mi imaginación.

No quería adelantarme a tener pensamientos que no tendría sentido o que simplemente no quería creer, también tenía pensamientos más importantes en que ocuparme como Dylan y su desaparición que me parecía un poco extraña cada vez así que me decidí a preguntarle a mi madre si sabía algo sobre Dylan, la busqué y la dije:

-Madre, ¿Sabes algo sobre el Dylan? He pasado tiempo sin saber ninguna cosa sobre él o su familia.

- Qué acaso él no te comentó nada, hija.

- No. -Le respondí -

Nunca habría estado preparada para lo que mi madre me dijo, la mire incrédula pero su seriedad pero en el momento me hizo aceptar la oscura realidad; Dylan se había ido, no sabía que pensar, no sabía cuándo volvería y tampoco estaba segura si acaso lo volveré a ver otra vez.

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⏰ Última actualización: Jul 28, 2016 ⏰

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