Bajo el Mismo Techo

Capítulo 7: Reconcilio, la chica y la llamada.

Bien, está decidido. Hoy arreglaré cuentas con Mari, que ella esté enojada conmigo no me beneficia en nada. Salí de mi habitación decidida a buscar a Mari. Recorro pasillos y en uno de ellos la encuentro.

—Hola. —Le hablé a Mari.

—¿Qué quieres jovencita? —Me respondió sin siquiera voltearse a verme.

—¿Porqué estás enojada conmigo? —Le pregunto intrigada.

—Vaya, que directa. —Me dijo Mari por fin volteandose a verme. —¿Tan vieja me veo? —Me preguntó mirándome directamente a los ojos.

-Sí-

—¡No! ¡Para nada, pareces de 25 años! —Le mentí.

-Exageramiento nivel mi culo-

—¡Ay, como te amo mija! —Dijo Mari para luego abrazarme.

Yo solté una risita nerviosa y le correspondí el abrazo.

-Asunto arreglado-

Tras hacer lo que debía hacer, Mari empezó a tratarme súper bien. Pobre, viviendo de mentiras. Bueno, en realidad yo fui cruel al mentirle.

A la hora del almuerzo comimos -NO ME DIGAAAS- y planeaba molestarle a Rin pero no estaba, de seguro salió.
Podía invitar a Carter pero ayer lo vi, así que no.

-Y aquí es cuando me doy cuenta que necesito amigos.-

—¡Agh! ¡Que aburrimiento! —Digo ya en "mi" habitación y tirándome a la cama de Rin. Sí, a la de Rin.

Recordé el día en el que me abrazó, me inquieté pero recordé los gemidos y se me pasó. La cama olía a él -No, a su abuela-. Escuché que abrieron la puerta, de ella entraron Rin y una chica a la habitación.

—Emm... —Dijo la chica incómoda.

Aquella chica era muy bonita, rubia de ojos celestes pero no de esas rubias plásticas, esta parecía decente.

—Yizuku, quítate de mi cama. —Me dijo Rin un poco malhumorado. — Y de paso salte un rato de la habitación. —Me dijo esbozando una sonrisa burlona.

—¡Uy! ¡Perdón, perdón! — Le contesté con ironía saltando de la cama y dirigiéndome a la puerta para irme.

-Que me saque de su cama está bien, pero que me eche de la habitación...-

—Usen protección. —Dije mirándo a ambos con una sonrisa.

La chica se sonrojó y Rin no dijo nada. Tras decir eso me voy a la sala.
Ahora si que ya no se que hacer.
Después de un rato siento vibrar mi celular. Lo saco de mi bolsillo, la pantalla muestra una llamada de un número desconocido. Yo atiendo confundida.

—Hola, ¿Quién habla? —Dije a través de mi teléfono.

—¡Hola Yizuku, tanto tiempo! Yo soy... —Dijo una voz femenina.

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