Capítulo 16: ¿Ya con problemas?

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Me sentía completamente aliviada, sinceramente no me gusta viajar, bueno, lo que no me gusta es esperar tantas horas. Ahora me encontraba recostada en mi cama revisando mi celular, no supe nada de Mei en estos 5 días. Decidí pasar un rato el tiempo así que a ver que onda con Rin. Tiré mi celular a la cama, me levanté de la cama y alcé mi mirada a la cama de Rin esperando que esté en ella y ahí estaba, acostado boca abajo. Vaya que es silencioso, no lo había notado.

—Oye. —Le llamé la atención a Rin.

—¿Qué quieres, enana? —Me responde él.

—Estoy aburrida. —Le dije ignorando su nuevo apodo. De echo ni que él fuera tan alto.

—¿Y qué quieres que haga? —Me dice con un tono aburrido Rin.

—Diviérteme. —Le dije para luego darme cuenta del segundo sentido de mis palabras.

Él suelta una risita, se levanta y se sienta en su cama para mirarme directamente a los ojos.

—¿Te das cuenta de lo que dices? —Me dice él arqueando una ceja. —Además de que no aceptaré.—Agrega con una cara inexpresiva, como la de siempre.

—Rin, llévala a ver como juegas baloncesto. —Dice Mari apareciendo de la nada y metiéndose a la conversación.

—¿Qué? No tengo porqué hacerlo. —Dijo Rin con un tono molesto en la voz.

—Llévame. —Le dije a Rin con una sonrisa de oreja a oreja.

—Me niego. —Me contesta él.

—Rin... —Dijo Mari con un tono amenazante.

—¡Agh! ¡Está bien, está bien! Pero me debes dinero, mamá. —Le dice Rin a Mari para luego salir de nuestro cuarto y yo seguirlo.

Él agarró un balón de no sé donde, salimos de casa y recorrimos un camino para luego llegar a una cancha de baloncesto. Al llegar noté que habían unas pocas personas más, bueno, en realidad solo dos más jugando un 1 a 1 supongo yo.

—¿Hm...? ¿Y cómo vas a mostrarme como juegas? —Le pregunto a él observando a mi alrededor.

—Jugarás conmigo. —Me responde él de espaldas adentrándose a la cancha. Yo le seguí.

—¿Qué dices? Si yo solo sé hacer algunos que otros tiros, aunque me guste mucho este deporte.—Le digo.

Él solo se me queda mirando unos cuantos segundos. Ahí es cuando empieza nuestra batalla de miradas, estuvimos así un minuto hasta que alguien nos interrumpió.

—¡Hey tú!—Aparece de la nada un moreno alto, de tez bronceada llamando la atención de Rin.

—¿Qué? —Dijo Rin.

—¿Esa preciosura de allí es tu novia? —Le pregunta el chico a Rin apuntándome.

Rin iba a contestar pero el chico le interrumpió.

—Te reto un 1 contra 1, el que gane se queda con la chica.—Le dijo el chico a Rin con una sonrisa desafiante.

Rin solo se quedó callado, obviamente él no entraría a un duelo solo para "salvarme". Yo también me quedé callada.

—¿Qué? ¿Te comió la lengua el gato? o... ¿Acaso eres un cobarde? —Le Provocó el chico.

Ahí es cuando Rin frunce el ceño y pronuncia un "Acepto" con enfado. Yo quería protestar pero no desaprovecharé la oportunidad de ver un partido en acción. Si, así soy yo, después veo que se me ocurre con el otro chico. Ellos dos se dirigieron a una parte de la cancha, quien tenía el balón era el chico, Rin se aprontó con su posición defensiva. El chico era muy ágil a la hora de moverse pero aún así Rin lo bloqueaba. Estuvieron así un rato hasta que el chico se retiró un poco hacia atrás, posicionó sus brazos y manos para hacer un tiro desde su posición, antes de que pudiera hacerla Rin saltó a una gran velocidad y bloqueó su tiro consiguiendo el balón, de ahí, Rin se acercó al aro y encestó de un tiro. Debía admitir que él era bastante bueno, realmente disfruté del espectáculo pero ahora venía lo peor, no sé como reaccionaría el otro chico.

—Nada mal, perdí. —Confiesa el chico.

Tras eso Rin suelta una risa victoriosa, el chico se acerca a mi con un papel en las manos de quien sabe donde lo sacó y me lo entregó.

—Llámame cuando quieras, linda.—Me dice el chico guiñándome un ojo. —Por cierto, soy Dake.

—Ok... —Le respondí desconfiada, después de todo, no le llamaría ni nada.

Al hacer eso se da media vuelta y se va.

—Buen juego, aunque no esperaba que lo hicieras por mí. —Le dije a Rin para luego voltearme a verlo.

—No lo hice por ti, por mí que te violen. -Me contestó él, devolviendome la mirada.

—¡Qué amable! ¡Ven, tu premio es un abrazo! —Le dije alzando mis brazos de costado a costado.

—Ni en tus sueños abrazaría a una enana como tú. —Me dijo Rin con un aire de superioridad.

Yo solté una carcajada por sus palabras.

Bajo el Mismo TechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora