Star Wars Episodio VII: Un amor oscuro (Kylo Ren)

Capítulo 9

Hoy hacía una semana desde que me encontraba aquí. Había recibido visitas de Kylo Ren (aunque ahora lo llamaba Ben) diariamente pero, aún así, me sentía como en una prisión.

--Buenos días.--dijo Ben apareciendo por la puerta.

--Buenos días.--le respondí.-- ¿Tienes noticias de Rey?

Él se sentó en el borde de mi cama, y empezó a acariciar mi pierna.

--Lo siento. Todavía no he conseguido ninguna información. Pero en cuanto la tenga, te prometo que serás la primera en saberlo.

Kylo Ren's POV:

Me sentía culpable. De todos modos, no podía decirle que su hermana se había hecho parte de la resistencia. No podía decirle que la Primera Orden la buscaba junto a Han Solo y a una unidad BB que contenía unos planos hacia Luke Skywalker. Porque si le decía que estaba en nuestro punto de mira, ella sabría que no  dejaríamos a su hermana con vida.

Alisa miró hacia abajo tras mi respuesta.

--¿Qué ocurre, Alisa?--le pregunté cogiendo su barbilla y levantando su mirada hasta la mía.

Odiaba aquel sentimiento. El sentimiento de que cuando ella estaba triste, yo también.

--Solo, me siento encerrada Ben. Necesito salir, andar y ver. Respirar.

--Está bien. Te llevaré a un sitio.

(NA: Perdón si cambio mucho los narradores pero necesito que veáis lo que piensan todos, no sé si me entendéis. Espero que no sea muy lioso XD)

Alisa's POV:

Caminábamos uno al lado del otro por aquellos pasillos metálicos. Durante todo el trayecto nos habíamos cruzado varias veces con algún que otro soldado y estos parecían mirarme extrañados por no llevar esposas, supongo.

Entonces llegamos a una pequeña puerta que Ben abrió fácilmente. Cuando entré, quedé maravillada ante aquella belleza.

A pesar de lo pequeña que era la puerta, la sala era enorme. Pero lo que más llamó mi atención era que estábamos en una especie de módulo anexionado a la nave donde todas sus paredes era de cristal y por lo que se podía disfrutar de una preciosa panorámica de toda la galaxia. Cuando me había dado cuenta, me encontraba en mitad de toda aquella sala, mirando boquiabierta aquel impresionante espectáculo. Además, mi mano estaba sujetada por la de Ben, lo cual me hizo volver a la realidad y que mi rostro se volviese más enrojecido. Aún así no separé nuestras manos.

--¿Te gusta?--preguntó él mirando mi risueña expresión.

--Es precioso.--exclamé.

--Lo sé. Vengo aquí de vez en cuando para olvidarme de todo lo demás. Me alegro de que te guste.

Desvié mi mirada a sus ojos por un momento, pero no pude cambiarlos luego de dirección. Me había congelado verlo. Era extraño. 

Poco a poco fui girando mi cuerpo hacia Ben  mientras que él me arropaba con sus brazos. Nuestros rostros se acercaban lentamente, temerosos del contacto de otras personas. Finalmente, nuestros labios también se juntaron. Era maravilloso. No sabía si aquello era amor o no, pero si había muchísima atracción, la cual llevó a dar otro pequeño paso. Ahora, el simple contacto de nuestros labios se había convertido en una entrada en la que nuestras lenguas empezaban a danzar entre si, haciendo de esta una mejor experiencia. A la vez, yo lo rodeaba por su cuello, mientras que él me apretaba más hacia su cuerpo.

No sabía exactamente cuanto tiempo nos besamos pero luego estuvimos abrazados otro largo tiempo mientras mirábamos el espacio. En silencio y al menos yo, con las mejillas un poco enrojecidas.

Rey, creo que me estoy enamorando.