Capitulo 5

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Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo.

Mahatma Gandhi


Cuando Guillermo volvió abrir los ojos aquella noche supo que no podría dormir por más tiempo, no porque su cuerpo aún estuviera sintiéndose incomodo amarrado en aquella estúpida silla, ni tampoco por el hecho de que se encontraba secuestrado por los hombres más buscados del país, sino por los incesantes gritos de los dos hombres que había dejado Luzu para resguardar la puerta, al parecer no les bastaba con las cámaras en el pasillo para tenerlo vigilado, sino también habían puesto a un par de raros a cuidarlo.

— ¡Mangel! ¡Mangel! — Gritaba el alto — ¡Dime por donde ir! — Guillermo no sabía qué demonios estaban haciendo, todo lo que escuchaba solo lo confundía.

— ¡Que te esperes! Jo'er macho, si sigues así vas a golpearte contra el muro. —

— Pues entonces que esperas, dame la mano y dime a donde tengo que ir — gritoneaba.

— Cálmate ¿Vale? Ahora, sigue dos pasos a tu izquierda, dos enfrente y luego tres a tu derecha ¿Ves una puerta? — seguía dando órdenes aquel que parecía ser "Mangel"

— Si, si la veo ¿La abro?— preguntó con curiosidad.

— Ábrela, pero ten cuidado que no sabemos que hay en el otro lado.

— Vale, vale... ¡Ahhhh! — se escuchó un estruendo en el pasillo y Guillermo se asustó ¿Pero qué cojones estaban haciendo?

— ¡Rubiuh! — Los gritos de Mangel se escuchaban pero el otro hombre parecía no hablar, posteriormente unas carcajadas por parte de ambos llenaron el pasillo en cuestión de segundos— Madre mía macho, te dije que tuvieras cuidado...

— ¡Eres un hijo de puta! — gritoneaba Ruben sin parar de reír. — Esa tía iba a matarme.

— Jo'er, aun no entiendo cómo te asustas con esas cosas, si los gráficos son terribles, hasta yo podía con ellos — las risas menguaban con el paso de los segundos hasta que se volvieron solo pequeños suspiros por parte de ambos hombres, Guillermo seguía atento a todo, esperando a seguir escuchando más ¿Había una tía ahí? ¿Dónde? Y ¿Por qué quería matarlo?

— Oye... ¿Y si hacemos que el chino de aquí lo intente? — comentó Rubén, cosa que llegó a escuchar Guillermo ¿Qué era un chino? Y ¿Qué era lo que querían hacer con él?

—Luzu nos va a echar la bronca si le pasa algo, no creo que...

— ¡Vamos! y te prometo que no te pediré nada más por hoy tio, ¿Por favor? — preguntó con un tono de voz demasiado infantil.

— Hum... Vale Rubiuh, hay que intentarlo. — Un escalofrío recorrió el cuerpo de Guillermo ¿Acaso lo iban a matar?

La puerta de la celda comenzó a abrirse y el menor comenzó a moverse como pez fuera del agua intentando –por quinta ocasión en el día- escapar de ahí, claro que sin resultados óptimos, no tenía como librarse de esta. Por fin por la entrada cruzaron ambos jóvenes, Guillermo podía ver en sus rostros una sonrisa bastante extraña, no como la que le había dado los primeros dos tíos que lo habían ido a ver, estos tenían algo que no le daban buena espina.

— Te llamas Guillermo, ¿Verdad? — preguntó Rubén acercándose a paso lento a él, este no contestó a la pregunta, en cambió siguió retorciéndose en su lugar. — Cálmate tío, no vamos a hacerte nada — la pareja comenzó a reirá — Bueno, nada que no queramos — y en cuestión de segundos tenía a ambos hombres sobre él.

Utopía, el inicio del camino: Cuervos -Fanfic Gay- [WIGETTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora