Capitulo 16

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Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra superior a él.

Sir Francis Bacon



Samuel parpadeó completamente desubicado, observando parte de la oscuridad que ahora reinaba en la habitación, sintiendo la vibración de las metrallas aún impactando en las cajas de metal que habían sobrevivido para resguardar sus cuerpos heridos, giró el rostro a la izquierda observando a Frank intentando ayudar a Luzu a levantarse, mientras que a su derecha Estefanía permanecía inmóvil en el suelo, con una gran herida en uno de los costados de su cuerpo. El pitido en sus oídos era insoportable y el golpe en la cabeza dolía horrores, pero tenía que levantarse, tenía que ayudar a Estefania, debía salvarla.

El muchacho se movió con dificultad, se encontraba sangrando de una pierna y estaba seguro de que la herida en su cabeza era preocupante, pero se acercó hasta la joven, quien respiraba con dificultad y poco a poco abría los ojos. La tomó entre sus brazos, ayudándola a sentarse mientras sus manos se manchaban con la sangre de ella.

— Fani...— le llamó dulcemente él, volviendo a nombrarla por su apodo cuando niños. — Todo irá bien— Giró el rostro para observar a sus amigos quienes con dificultad se acercaba a ellos, Luzu parecía un poco mareado, por lo que supuso se habría golpeado la cabeza igual que él, mientras que Frank parecía solo un poco mejor, con algunas cortadas a causa de los escombros.

Ambos amigos le dedicaron una mirada triste a Samuel, estaban seguros de que ya era tarde para su mejor amiga.

— Samuel...— lo llamó ella con dificultad girando un poco el rostro mirando a su esposo con los ojos cristalinos. — Deben huir, abran un boquete en la pared y corran... — ella intentó moverse, pero Samuel le detuvo, tenían quizá uno o dos minutos antes de que los soldados entraran en la habitación a comprobar que en realidad hubiesen muerto por la explosión.

— ¡No! si quieren Frank y Luzu pueden irse, pero yo me quedaré contigo — le contestó Samuel, mirándola con lágrimas en los ojos. Ella sonrió intentando levantarse de nuevo, Samuel la volvió a detener.

— Samuel... Por favor, déjame ir — pidió ella, mirándolo a él para posteriormente mirar a sus amigos. — Frank, Luzu ¿Pueden ayudarme? —

Ambos chicos se miraron entre sí, lo que les estaba pidiendo Estefanía era muy cruel, lastimarían mucho a Samuel.

— ¡No se acerquen! — les gritó él cuando los vió dar un paso en su dirección. — Estefania, por favor... — Samuel se encontraba como un pequeño totalmente herido, no era posible que las cosas terminaran de esa manera ¿De verdad iba a ver morir a su esposa por culpa de su cobardía y estupidez al ser un mal líder? Si tan solo hubiese reaccionado más rápido, si tan solo hubiese tenido un plan...en esos momentos tal vez todos estarían bien ¿no?

— Samuel, les daré algo de tiempo para salir...— ella intentó volver a levantarse, Luzu apretó los puños y se mordió el labio, acercándose a la chica, para intentar ayudarla.

— ¿¡Que haces?! — le gritó Samuel, levantando un brazo con dificultad para intentar golpear a su amigo sin soltar a su esposa. — ¡Tenemos que sacarla de aquí! — le gritaba él desesperado.

— ¡Ya es tarde Samuel! — le gritó Luzu con rabia contenida, él también se encontraba asustado, adolorido y por supuesto hubiese dado lo que fuera porque su amiga se recuperara, pero estaba consciente de Estefanía no dudaría mucho más, incluso si conseguían sacarla de ahí ¿A donde irían? No podían ir al hospital de la ciudad o los apresarían, e intentar volver al cuartel era una pérdida de tiempo, moriría desangrada antes de que avanzaran un kilómetro. Cualquier opción llegaba a un mismo resultado: Ella perdería la vida. Sin darse cuenta Luzu tambíen había comenzado a llorar.

Utopía, el inicio del camino: Cuervos -Fanfic Gay- [WIGETTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora