Capitulo 9

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La esperanza es el sueño del hombre despierto

Aristoteles.

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Que doloroso había sido para los primeros hombres tener que vivir en las ruinas después del colapso. Cuando el mundo por fin se quedó hundido en el silencio, cuando los hombres por fin habían terminado de arrancarse el ultimo pedazo de alma y valentía. Todo era oscuridad. Fue entonces que encontramos la respuesta:

"Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz."

Nosotros adoptamos la figura de ese ser y nos volvimos Dios, un Dios que intentaba salvarnos de la oscuridad, comenzamos a pensar que era nuestro deber devolverle la luz a nuestro mundo. Entonces comenzamos a destrozarnos. Al principio había sido una teoría, una idea desesperada de un hombre cuya ideología y decisión nos hizo pensar que estábamos haciendo lo correcto. "Para construir primero debemos destruir, no podemos comenzar a edificar en cimientos débiles". Y así lo hicimos. Comenzamos a reestructurar hombres y mujeres genéticamente a nuestra voluntad, creímos que arrancándoles esa misma humanidad que nos había destruido, lograríamos encontrar con totalidad la paz

"Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas."

Fue entonces que nos aislamos del resto del mundo, construimos muros y perdimos todo contacto con los demás, pensamos que de esa forma era más seguro, teníamos muy en cuenta que nuestras decisiones no podrían ser compartidas con los demás mundanos, nos habíamos vuelto una raza superior y habíamos conseguido un paso importante en la restauración del mundo.

Nota 2



Guillermo se encontraba dando pasos torpes sujetándose a la pared en un intento de escape de la habitación donde momentos atrás Lana lo había dejado, necesitaba salir un momento, intentar contactar con alguien aprovechando que no le habían confiscado el intercomunicador y luego encontrar una forma de salir por completo de ahí. Caminaba por el pasillo, sorprendiéndose de que no hubiera nadie que cuidara el lugar, quizá había surgido algo importante y por lo tanto todos simplemente se habían pirado de ahí.

Sus piernas comenzaban a pesar, quizá el tranquilizante que le había dado la chica estaba comenzado a perder el efecto, quiso correr pero sus movimientos eran torpes, comenzaba a punzarle la espalda. Casi resbalaba. Sin embargo logró llegar a una puerta, esperanzado en que no hubiera nadie dentro de la habitación, entró como alma que se la llevaba el diablo, dándose cuenta en cuestión de segundos que había terminado atrapado en un armario. Se tumbó por un momento sin importarle mucho y sacó del bolsillo de su pantalón el objeto, le costó un poco encenderlo ya que era un modelo bastante viejo, sin embargo cuando logró que en la pantalla se presentara la palabra "INICIANDO" suspiró un poco más aliviado.

Marcó como un loco el código perteneciente a la gendarmería de la capital, y aunque parecía que de la bocina solo irradiaba estática logró ponerse en contacto con alguien.

— ¿Si? ¿Alguien puede oírme? — Guillermo hablaba en voz baja, esperando que nadie al otro lado de la puerta pudiera escucharle.

La estática parecía aumentar, sin embargo lograba escuchar palabras sueltas entre tanta interferencia.

— Identifíquese... quien.... Llamada... — parecía que la señal se estaba perdiendo, Guillermo apretó los puños e intentó levantar el aparato buscando mejor señal.

— Me tienen capturado... no se en donde estoy ni que quieren de mí, pero necesito ayuda — intentaba mantener la voz neutral, sin embargo parecía que el nerviosismo le ganaba. — Mi nombre es Guillermo Días, mi número de identificación es GD194023-OM —

Utopía, el inicio del camino: Cuervos -Fanfic Gay- [WIGETTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora