―¡Cele!
Celeste no se paró al escuchar su nombre; ella siguió caminando rápido, casi corriendo por los pasillos del Colegio, pues tenía un objetivo en mente. Encontrar a Damián.
―Cele, no corras. Demonios me voy a caer.
Escuchó vagamente la voz de Carolina a su espalda pero ella necesitaba disculparse con Damián. Generalmente era una persona justa. Detestaba las injusticias en cualquier ámbito y ahora ella misma estaba cometiendo una. Se convirtió en una persona que no investigaba más allá de lo que se observa a simple vista. Definitivamente, sus celos habían nublado su juicio. O tal vez no eran sus celos, tal vez se saboteaba a sí misma. Se dio cuenta que era eso, más que cualquier sentimiento de desconfianza que pudiera tener. Lo que sea que Damián hiciera que le pareciera mínimamente incorrecto, lo tomaba en contra de él inmediatamente. Pareciera que buscara a propósito estar molesta con él.
Carolina finalmente la alcanzó tomándola por un brazo lo que causó que Celeste dejara de caminar.
―¿Qué demonios te pasa? ¿Por qué te fuiste así?
―¿Has visto a Damián? ―contestó Celeste a cambio, con otra pregunta. Carolina frunció el ceño.
―Ya se fue. Estas como una cabra, ¿lo sabías?
Celeste suspiró.
―Tenías razón.
―Querida amiga, siempre la tengo. Pero ilumíname y dime por qué tengo razón esta vez. ―Celeste rodeó los ojos.
―La chica que contestó el teléfono es cuñada de Damián.
―¿Su cuñada? ―Carolina arqueó una ceja.
―Sí Caro, Héctor se casará con... No le pregunté el nombre ni siquiera.
―¿Damián tiene un hermano?
Celeste la miró fijamente.
―¿En qué mundo vives?
―En uno ideal donde Johnny Depp me propone matrimonio y tenemos cuatro hijos.
―Pensé que yo era tu hombre ideal ―se escuchó a Carlos tomando a Caro por los hombros.
―Oh cuchurrumí, tu eres mi hombre real que es aún mejor. ―Y le dio un beso en la barbilla. Carlos murmuró un Ujum pero le dio un beso en su frente.
Celeste rodeó sus ojos por tanta cursilería. Cada día corroborabas más que esos dos estaban hechos el uno para el otro. Se despidió de sus amigos, con la promesa de verse con Carolina más tarde ese día.
Decidió irse a su casa y visitar luego a Damián para disculparse. Se pateó mentalmente varias veces por ser tan cabezota y no escuchar. Ahora no sabía si tendría alguna oportunidad con él. Quizás ya él se había cansado de ella y su terquedad.
Llegó a tiempo record a su casa. Al entrar escuchó voces en la cocina. Se acercó allí porque estaba segura que esa voz no era la de su padre.
―... entonces Lisa me lanzó la cerveza encima y... ―Damián se interrumpió al ver entrar a Celeste a la cocina. Tenía el ceño fruncido en confusión y lo miraba a él. Dios, era tan hermosa. Esos ojos marrones, le recordaban a tierra y naturaleza. Estaba luchando con el instinto primitivo de acercarse, tomarla por el rostro y pegar sus labios a los de ella.
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Reconstruyendo tu corazón
Teen Fiction“- Me vuelves loco – dijo Damián exasperado. - Y ¿qué piensas hacer al respecto? – contestó Celeste cruzándose de brazos y arqueando una ceja. Damián la miró fijamente, dio un suspiro, se acercó a ella, demasiado cerca. Acunó su rostro con las manos...