―¡Quita tus sucios pies de mi cama! ―le gritó Celeste a Damián.
Estaban en su cuarto, se habían reunido para elegir un parque y realizar el trabajo de geografía. Ella había insistido en que fueran a la casa de Damián pero él se negó rotundamente por lo que tuvo que aceptar que fueran a la suya.
―Pero que amargada eres y yo que te digo dulzura, creo que ya no te queda ―le contestó Damián mientras se sentaba en la cama.
―Cállate. Toma aquí tienes tu limonada ―Cele le entregó la bebida que había ido a buscar porque le había afectado un poco que otro chico aparte de Diego estuviera en su habitación. Solo Diego había estado allí. Ni siquiera Carlos, su amigo, había entrado.
― Y tus padres, ¿dónde están?
―Deben estar por llegar, así que comportarte.
―Claro dulzura, siempre me comporto ―Cele arqueó una ceja como "Sii, claro que te comportas"―. ¿Qué? Soy un ángel, los padres me adoran.
―Será un ángel caído y llevado al infierno.
―Ouchh ¿por qué siempre me hieres de esa manera? ―dijo Damián de forma dramática llevando su mano al corazón.
Cele rio a pesar de sí misma.
―No seas infantil. Vamos empezar.
Llevaban una media hora tratando de decidir que parque seleccionar pero no se ponían de acuerdo. Ella quería hacer el resumen del parque Sierra Nevada porque le gustaba la nieve. Él quería Río viejo simplemente porque le parecía gracioso que un río fuera viejo. Es que este chico era exasperante.
Damián realmente solo quería hacerla molestar. Era linda la manera en que arrugaba su frente y lo miraba con furia y fuego en sus ojos. Él se preguntó si veía a Diego de la misma forma. Y no le gustó el que le molestara que fuera así.
―Cariño mira lo que me dieron para t... ―Kiara se asomó en su habitación y se interrumpió cuando vio a Damián―. Oh Hola soy la madre de Celeste.
Celeste había estado tan ocupada discutiendo con Damián que no había escuchado el momento en que llegó su madre.
―Hola Señora. Mucho gusto, soy Damián ―le dijo éste acercándose a Kiara y ofreciéndole la mano.
―Oh nada de señora, que no soy tan vieja. Llámame Kiara ―le dio un abrazo en vez de tomar su mano. Luego le sonrió y lo miró con curiosidad. Y casi inmediatamente su rostro se iluminó y miró a Celeste―. ¿Cariño este es el chico nuevo que te gusta?
La cara de Celeste se tornó roja, pensó que hasta su cabello se tornó rojo, porque podría jurar que lo sentía caliente.
―¡Mamá! Pero es que papá no sabe cerrar su boca.
―Oh Cele sabes que entre nosotros no existen secretos.
A todas estas Damián miraba de Celeste a Kiara con la sonrisa más grande que el gato de Lewis Carroll.
―Bueno Kiara efectivamente yo soy el chico nuevo, pero no creo que le guste a su hija. No sabe lo mal que me ha tratado ―dijo Damián con una cara falsa de tristeza.
―Pero bueno que te hemos educado mejor niña... Mira q...
―¡Damián! ―lo fulminó con la mirada y volteó a ver a su mamá―. Mamá no es así, pero es que no lo conoces, es exasperante y... y...
―Pero yo pensé que te gustaba el chico nuevo ―dijo Kiara con casi un puchero. Celeste rodeó los ojos y suspiró. Nuevamente tenía que hallar la forma de hacerle saber a sus padres que estaba bien y complacerlos.
―Uhmm si me gusta Mamá ―miró de reojo a Damián―, de hecho él me invitó a una cita y yo acepté―. A Kiara le brillaron nuevamente los ojos.
―¿En serio? Oh Damián que lindo eres. Bueno, bueno los dejo, tengo que preparar la cena y tu padre ya casi llega. Damián ¿te quedaras a cenar?
―Damián ya se v....
―Sería un honor ―interrumpió Damián a Celeste con una sonrisa.
―¡Perfecto! ―salió dejando a Damián divertido y a Celeste molesta, otra vez.
―Pero serás idiota... ¿Por qué aceptaste?
―Oye, oye aquí las preguntas las haré yo... ¿Así que te gusto eh? ¿Y te invité a una cita? ―dijo Damián con una sonrisa medio torcida.
―Pufff no me gustas, eso solo se lo dije a mi padre para que dejara de preocuparse por... por... ¡No importa! Ahora tengo que salir a una cita contigo porque si no Miss "soy una madre encantadora" no me dejará en paz ―Damián se cruzó de brazos.
―Y ¿Quién dice que te llevaré a una cita dulzura?
Celeste lo miró. "En verdad que es ardiente" despejó su cabeza y lo miró con inocencia.
―¿No me llevarías a una cita?
―¡Pues claro que sí! ―Ambos se sorprendieron por esa declaración―, pero el punto es que yo no te invité y ahora estoy siendo forzado a llevarte y no te saldrá gratis.
Cele suspiró.
―Está bien, ¿qué quieres a cambio?
―No lo sé, un favor. Cualquier favor. En el momento que yo lo decida.
―Ok, ok. Pero que te quede claro que no será una cita real. Sólo lo hago por mis padres para que me dejen en paz ¿estamos?
Damián se le acercó, cuando estaba a sólo centímetros de ella bajó su rostro lentamente al de ella "¡Oh Dios voy a híper-ventilar!". Acercó sus labios a su oído y le dijo.
―Por supuesto dulzura ―la respiración de Celeste se había acelerado y juraría que el latir de su corazón se escuchaba en toda la cuadra. Luego le dio el beso más sensual que en su vida le habían dado en la comisura de sus labios. Ella se estremeció.
Damián se separó de ella y la miró con intensidad y Celeste... Oh señor ella le devolvía la mirada.
―¡Chicos bajen, ya voy a servir! ―dijo Kiara desde las escaleras. Se miraron un rato más y luego Damián se alejó a la puerta de su habitación en dirección a las escaleras. Celeste respiró profundo. "¿Qué fue eso?" y tardó un rato en reaccionar y seguirle.
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Reconstruyendo tu corazón
Genç Kurgu“- Me vuelves loco – dijo Damián exasperado. - Y ¿qué piensas hacer al respecto? – contestó Celeste cruzándose de brazos y arqueando una ceja. Damián la miró fijamente, dio un suspiro, se acercó a ella, demasiado cerca. Acunó su rostro con las manos...