Capítulo 6

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Necesitaba a su amiga, Celeste sentía que la necesitaba como nunca la había necesitado. No sabía que ponerse. Ni siquiera qué ropa interior usar. Dios no sabía por qué se encontraba tan nerviosa. Nunca se había puesto así. Ni siquiera para una cita con Diego, con él todo fluía de manera tranquila. Él no le provocaba casi infartos y por eso lo había amado. En su relación todo era sosegado, armonioso, pacífico. Casi nunca discutían a excepción de aquella trágica noche de la que no quería pensar en ese momento. 

            No, no necesitaba a su amiga. Era sólo una cita falsa con Damián, con ese chico que tenía un cabello hermoso, ojos preciosos, todo él era ardiente, que le provocaba aceleraciones en el corazón que definitivamente no le gustaban. Él no le gustaba.

"¡Señor que me pongo!". A quien quería engañar, necesitaba a Caro. A pesar de que Damián no le gustaba, porque realmente no le gustaba, quería estar hermosa. Era su primera cita desde Diego, falsa o no. Y se empezaba a dar cuenta que necesitaba de ello. Sus padres y amigos tenían razón. Debía seguir adelante.

Con un suspiro de derrota, Celeste llamó a su mejor amiga, Caro había sido su única amiga desde pequeñas. La quería como una hermana. Ambas sabían que darían su vida por la otra. Ese amor, era un amor único que no todos experimentan realmente en la vida, es un amor tan duradero y especial que es casi irrompible. Luego llegó Carlos y empezó a quererlo de la misma manera. Ellos formaban los tres mosqueteros. Aunque Celeste sentía que ya no lo serían. Realmente sentía que Caro y Carlos eran uno sólo. Y lo sabía desde hacía tiempo. Solo que no quería que fuera así, era egoísta. No quería quedar apartada. Por eso le había dolido tanto el que Caro no le hubiera dicho porque ya la estaba apartando a un lado.

            ―Celeste, dime que me perdonas, por favor amiga. Sólo no quería que te sintieras apartada.

            ―Y no te das cuenta que al no contarme me estas apartando.

            ―Si lo sé, cometí un error de cálculo. Vamos, no nos hagas esto ―Celeste rio de eso. Parecía que ella estuviera terminando con su amiga.

            ―Te espero en mi casa en 10. Necesito que me ayudes a vestirme ―tuvo que apartarse el celular del oído porque no quería quedarse sorda con los gritos de Caro. Celeste rodeó los ojos y colgó.




            ―Esto es demasiado Caro ―Celeste se veía en el espejo y no creía lo que veía. Tenía una minifalda, con mallas negras, una blusa semitransparente de color azul que dejaba ver un poco su brasier, unos tacones de 5cm color azul y un maquillaje neutro y natural. Tenía que admitir que se veía... Ardiente. Pero pensaba que era demasiado para una falsa cita. Tal vez para una real...

            ―¿Qué dices? Tú estás hermosa ¿a que soy la mejor?

            ―Eres la mejor y estás perdonada. Pero no me vuelvas a ocultar cosas.

            ―Nunca más Cele... Oh espera a que Damián te vea. Se volverá loco.

            ―Yo no quiero que se vuelva loco.

            ―Pero lo hará, créeme.

            ―Ya no hablemos de Damián. No se me ha olvidado que me tienes que contar los detalles y aún más importante, los detalles jugosos de lo que pasó entre Carlos y tú ―Caro se sonrojó un poco y Cele entrecerró los ojos. Allí pasaba algo. Pero le preguntaría luego. Por ahora tenía que concentrarse en respirar, porque al parecer se le olvidaba. En serio nunca se había sentido así. 

Reconstruyendo tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora