Amigos con derechos (Sebastián Villalobos y tu HOT)

Capítulo 27-¿Hacerlo en el hospital?

-Eres un idiota- le dije sonriendo y sus labios seguían besando mi sonrisa
-Ya no te besaré entonces
-Y si no es la última vez que me besas y que nos vemos.
-Será que es porque beso muy bien y quieres repetirlo.
Lo volví a besar porque no pude resistirlo, mi cuerpo se empezó a erizar cómo no lo hacía ya hace tiempo, empezó a besarme con más fuerza metí a mis manos en su cabello como acostumbraba hacerlo pero se detuvo y me vio.
-¿Segura?- alzó la ceja, solo reí asintiendo
Se paró de la silla y camino a la puerta poniendo el seguro, se volvió acercar a mi se subió a la cama tan reducida donde estaban Pero como no iba a estar así si solo era para una persona. Puso sus manos en mi cintura
-Te ves muy hermosa con esa ropa de enferma-rió
-No lo creo
-Tu te ves hermosa con todo
Subió la bata que traía, me alze para que el pudiera quitarlo pero el suero nos intervino.
-Mierda-dije en un susurro
Lo observe y luego vi el suero no dude y me lo quite de un pequeño jalón, el solo sonrió
-Me gusta que seas la chica ruda.
Termino de quitarlo y beso el cuello, sentí su lengua pasar y sus manos bajar, estaba humeda y el ya lo había notado, bajo mis bragas y luego su pantalón se detuvo un segundo y vio el mueble de la esquina que contenía un frasco de condones y agarro uno se lo puso y volvió acercarse a mi.
-Cierra los ojos- me dijo
Y lo hice cuando de pronto lo sentí dentro de mi, sentí como me agarro la cintura y empujaba hasta el fondo, movía sus caderas lentamente pero cuando ella la cuarta vez que lo hacía terminaba con una penetración fuerte se tomó con su boca uno de mis pecho y con su lengua dibujando mi areola cosa que me hizo alzar mis caderas y sentirlo más, apostaba a que mis gemidos se escuchaban afuera de la habitación, y si se escuchaban tanto que la enfermera toco la puerta
-Señorita ¿Se encuentra bien?
No podía responder, todas nuestras emociones estaban juntas la adrenalina de saber que estábamos cogiendo en un cuarto de hospital, la sensación de placer que nos dábamos, el amor que por alguna razón sentí.
-Señorita abra la puerta por favor
El me observaba y reía con esa cara que suele poner cuando estamos haciendolo su cabello despeinado, la manera en la que sus ojos se hacen pequeños con su gran sonrisa, la vista de sus tatuajes y de su pecho, el sabia que la enfermera no iba a detenerlo.
-Señorita abriré la puerta.
En ese momento hizo los últimos movimientos ya que habímos llegado al climax. No nos detuvimos ni hicimos algo para evitarlo simplemente seguimos y gritamos con todo lo que teníamos como si no estuviéramos en un cuarto de hospital, cómo si no nos viera una enfermera solo seguimos. La enfermera se quedó en shock y cerró, el río a carcajadas tanto como yo y subió sus pantalones junto con sus bóxers yo agarré la bata que tenia y me la puse luego tomé mis calzoncillos, se acostó a un lado quedando de orilla a orilla apunto de caer.
-¿Crees que nos multen o algo?
-Nunca eh visto en algún reglamento de hospitales hacer el amor.-Reimos pero luego el se puso un poco serio y me observó
-¿Tu haces el amor?- Pregunto
-Tu que piensas que hago- conteste
-No lo sé, yo cogo duro pero lo hago con amor - me dijo Y no pude evitar sacar una sonrisa.
Entro de nuevo la enfermera y se nos quedó viendo incomoda, el y yo nos observamos queriendo reír de vergüenza pues ya habíamos pensado que fue una vergüenza. La enfermera solo miraba a Sebastián esperando a que se fuera.
-Bueno yo me retiro de aqui- se paró y se acercó a la mesa donde estaban los condones y unas paletas.
-Me llevare esto por si a caso- cogió un buen puño y una paleta la cual la abrió y al medio en su boca se veía tan sexy, solo sonreí y volté la cabeza.
- Lo siento-le dije a la enfermera cuando Sebastián se fue.
-No se preocupe, no es la primera vez que pasa.
-¿En serio pasan cosas como estas aquí?- reí
-Si, yo las hago- agachó la mirada apenada
-Jaja tranquila, ¿Sabes cuando me puedo ir?
-En media hora ya estarán listo todo.
Le agradeci, al dar la hora yo ya estaba con mi ropa normal y con mi ramo de rosas en la mano vi la cama y recordé lo que había pasado, salí del hospital y estaba ahí afuera con un traje tan hermoso cómo siempre.