Capítulo 37-Un doctor demasiado sexy

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Me separé y lo miré, no fue un beso muy duradero pero se que fue lo suficiente para ser el último. Camine hacia el hospital, después del primer paso salí corriendo a buscar a una persona que me pudiera decir donde estaba Juanpa, y encontré una, un doctor bastante atractivo como para que se me cayera la baba pero mi subconsciente me dijo que no era momento para ligar doctores si no para buscar a mi mejor amigo, no tenía otra alternativa (o tal vez si pero no quería buscarla) que preguntarle a él.
-Eeem,hola¿me puedes decir donde esta el paciente Juan Pablo Zurita?-sonreí demasiado nerviosa como para disimular.
-Sólo te diré si vuelves a sonreír, pero se ve que tienes prisa así que te diré primero, cuarto 310 al fondo a la izquierda.
-Muchas gracias- sonreí y salí corriendo.
Llegué y abrí la puerta, Juanpa estaba en la cama con un suero, una cara terrible y comiendo gelatina pero cuando me vio soltó la cuchara y gritó
-¡¡¡________!!! Pensé que me dejarías morir sólo.
-Obvio que no ¿Qué te pasó? ¿Ya estás mejor?
-Me desmayo por que estaba deshidratado, ya estoy mejor gracias a esta cosita- señaló el suero.
Llegó Sebastián y el cuarto se llenó de un incomodo silencio, Juanpa como buen amigo mío se dio cuenta que las cosas estaban mal y no decidió preguntar que había pasado entre nosotros dos, se acercó a la cama justo al otro lado de donde yo estaba no lo miré más, le hizo las mismas preguntas que yo. Ya había pasado un rato cuando entró una enfermera preguntando quien de nosotros nos quedaríamos a cuidarlo sólo por una noche ya que al dia sigueinte lo daban de alta, antes de alguien puediera decir una palabra hablé
-Yo lo haré - alce la mano como si estuviera contestando una pregunta del colegio pero luego la baje disimuladamente poco a poco.
-Bueno pues yo me tendré que ir, ya se está anocheciendo. _________ ¿Quieres que te traiga ropa para mañana? - me habló después de tanto. -No, gracias traigo ropa en mi maleta que me bastará para sobrevivir una mañana- contesté
Se despidió de Juanpa y a mi sólo me dio una mirada fugaz, al estar completamente segura de que Sebastián ya se había ido voltee a ver a Juanpa para contarle todo pero él ya se había dormido tan rápido que nadie lo creería. Ya habían pasado dos horas y yo estaba con mi teléfono tratando de hacer algo que pudiera entretenerme, buscaba agua por la habitación pero nunca la encontré haci que me decidí a salir de la habitación en busca de ella, al final del pasillo donde estábamos había una máquina de galletas y comida pero a lado una magnífica máquina de cafés. No dude más y camine hacia ella, apreté el primer botón para que el café saliera pero alguien me habló.
-Me debes mi sonrisa.
Voltee a ver quien era y era ese sexy doctor.
-No se le sonríe tan fácilmente a alguien.
-Entonces ¿Qué debo de hacer para que me sonrias de nuevo?
-No lo sé, nunca me ha gustado pedirle a un hombre algo así que mejor piensa tu- agache la mirada dándole un trago a mi café- Lo siento pero tengo que ir a cuidar a mi mejor amigo.
-No me has dicho como te llamas
-_________, me llamó __________ ¿Y tu?
-Dylan- sonrió
Tenía una sonrisa realmente bonita no puedo decir que era más que la de Villalobos pero era lo suficiente como para competir con él a la sonrisa del año.
Me voltee de nuevo al pasillo directo al cuarto, entré y cerré la puerta, después me senté en el sillón tomando mi café, me dormì pensando en aquel doctor.
Al día siguiente me despertó la enfermera.
-Lo siento señorita, pero daremos de alta al paciente y necesitamos la firma del encargado ¿Me podría firmar por aquí? Por favor- señaló unas hojas
-Claro- firmé
Juanpa estaba durmiendo pero hice que se despertará para que se cambiará, yo esperé afuera guardando todas sus cosas en mi maleta. Salimos del cuarto y tomamos el elevador, estábamos por que nos entregarán los últimos papeles de revisión y reporte cuando me jalaron del brazo.
-Una cena- Dijo Dylan
-¿Una cena que? - puse mi cara de dudosa
-Para que me sonrias de nuevo
A lo lejos oí a Juanpa gritarme, desesperado por irse y comer algo mejor que lo que daban en este hospital.
-¡Si! Si esta bien, acepto te pasaré mi numero- le quite una pluma del so y lo anoté en su mano- Me tengo que ir, chaoo.
Salí con una sonrisa que no cabía en mi cara pero se borró tan rápido como vi a Sebastián en la camioneta esperándome.

Amigos con derechos (Sebastián Villalobos y tu HOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora