Capítulo 51-Hasta el final

3K 160 12
                                    

Estaba en el auto el que se supone que llegaría a la Iglesia pero todo se estaba haciendo mierda, era un tráfico espantoso mi paciencia había llegado al final, Ángel conducía y sabía que no llegaríamos a tiempo.

-¿Cuanto falta para llegar a la Iglesia?-pregunté moviendo mis uñas desesperadamente.
-Sólo dos cuadras- contesto poniendo las manos sobre el volante.
-Muy bien alcanzame allá - dije.

Me baje del carro a justo media calle y salí corriendo como si no hubiese un mañana la ventaja de todo esto era que tenía fijador para maquillaje entonces no se podía arruinar, sostenía mi vestido por los lados no era nada fabuloso correr con zapatillas pero tenía que hacerlo.
Corrí hasta la puerta donde estaba mi padre para poder entregarme al altar pero a lado de el estaba Andrés mi padrastro.

-Lamentó haber llegado tarde- dije con una mano en el pecho.
-No te preocupes lo importante es que ya estás aquí - dijo mi padre.
-¿Quién me entregará?- mire ambos era una difícil decisión.
Se observaron y dijeron al mismo tiempo.
-Los dos lo haremos.
Los abrace diciendoles cuanto los queria apunto de llorar dias como hoy eran los que me daban ganas de llorar por todo.

-Muy bien nena es hora- Hablo Andrés- Vamos hacerlo.

Me sostuve de sus brazos y camine poco a poco, cada persona importante estaba ahí sentada, no podía contener la felicidad todo mi rostro estaba con una gran sonrisa ahora si no me puse contener y saque unas pequeñas lagrimas. Voltee hacia enfrente y vi a Sebastián con ese traje él también sonreía estaba sorprendido, era como si no me hubiera visto por años,había llegado ya a ese gran altar donde me casaría con Sebas, mi Sebas.

-Pensé que te habías arrepentido- Me miró y sonrió.
-Pensé que no me esperarias- lo mire secándose las lágrimas.

Empezó la misa, no podía concentrarme en otra cosa que no fueran mis nervios, sentí como su mano entrelazaba poco a poco con la mía, sabía que cuando se ponía nervioso me sostenía la mano con mucha fuerza.

-Sebastián ¿Acepta casarse con _______ amarla y quererla para siempre? - dijo el padre.
-Acepto- sonrió.
-Señorita _______ ¿Acepta al señor Sebastián como su ligitimo esposo?
-Acepto- costeste.
-Muy bien, Señor Sebastián puede besar a la novia.

Y me besó se sentía como cuando fuimos al parque y nos besamos en frente de todos, esa adrenalina corría por mis venas, se sentía como cuando me dijo te amo por primera vez. No necesitaba más que no fuera él y Sofia.

-Masmasita-dijo con una sonrisa.
Yo me empecé a reír si soltarlo aún.

Habíamos ido a ya a la fiesta todo había estado de maravilla, teníamos a la bebé en nuestros brazos hasta que llegó mi mamá.

-Muy bien esposos es hora de que me den a mi nieta y se vayan a bailar.

Le di a pequeño beso a Sofía y se la di a mi mamá.

-¿Acepta esta bailar con su esposo Señorita Villalobos?- Hablo con voz bastante formal en forma de burla.
-Con gusto- extendi mi mano para que pudiera sostenerla.

Caminamos hasta la pista de baila y empezamos a movernos lentamente al ritmo de la canción, recargo su frente en la mía casi tocando nuestras sonrisas, no podía contener la felicidad de todo este momento.

-Vámonos- susurro en mi oído
-¿A donde?- pregunté separándose un poco de él.
-A donde tengamos que ir, huyamos un rato.
-¿Y Sofía?
-Mamá se encargará de ella.

Jaló mi brazo antes de que pudiera decir algo y me llevó hasta la puerta de atrás, la abrió y salimos corriendo, fue más de lo que imaginaba era un pequeño bosque no soltó mi mano para nada yo agarraba mi vestido porque sentía que podría caer el peinado de una hora se había caído ya.

-¡Es..pe..ra! ¿A donde vamos?-dije deteniendome.
-¿Recuerdas porque insistí tanto que hiciéramos la fusta en ese lugar?
-Si lo recuerdo bastante bien.
-Porque estamos más cerca de esto- Dijo señalando una pequeña casa de madera.
-Sebastián- puse mi mano en la boca.

Caminamos ahora más lento hacia esa maravillosa casa, se estiró y agarro unas llaves que se encontraban en una separación, abrió esa puerta, ecendio la luz y todo era hermoso, estaba amueblada, todo era perfecto.

-¿Qué paso con el departamento?- dije mirándolo fijamente a los ojos.
-Lo seguiremos teniendo sólo que aquí vendernos cuando nuestros hijos nos abandonen.
-Me gusta
-Ese era el objetivo.

Me enseño cada parte se la casa hasta llegar a la habitacion que suponia que era de nosotros, miraba todo hasta que  se acercó y me tomó de la cintura pegándome más a el, se escapó un pequeño gemido de mi boca.

-No estás muy apretada con esto- tocaba el cadete del corsel.
-Si, un poco- dije casi sin aliento
-Entonces tenemos que quitarlo- desató el nudo.
Yo sólo asenti.

Con sus dos manos jaló todo y desató por completo, hizo un pequeño moviento de manos lo suficiente para que me quitará el vestido más rápido de lo que me lo había puesto, había quedado sólo con ropa interior pegada a una pared. Agarré su cuello con mis dos manos y lo besé desesperadamente me agarró por la cintura mientras yo trataba de desabrocharle la camisa.
Bajo su mano hasta mis nalgas haciéndome gemir aún la, meto una de mis manos a su pantalón mientras la otra la tenía todavía en su cuello.

Bajo su mano hasta mis nalgas haciéndome gemir aún la, meto una de mis manos a su pantalón mientras la otra la tenía todavía en su cuello

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me cargo y me avento hasta la cama se colocó entre mis dos piernas mientras se quitaba la camisa,baje su pantalón de un jalón.

-Si no me coges ahora pedire el divorcio- le dije jugando.
-Apuesto que no lo haras.

Me acerco aún más a el, desabrocho mi sostén y empezó a besarme el cuello fue bajando hasta mis pechos, sentí sus manos en mi cintura justo en mis bragas, las bajo y me embistió fuertemente.

-¡Villalobos!- grité

Se adentran cada vez más a mi lo rodee por la cintura haciéndome entremeser comencé a ser pequeños movimiento pidiéndole más, con cada embestida yo gemia y sus besos se abogaban.

-Nunca me abandones, prometemelo- Hablo sin detenerse.
-Lo prometo ¡Ah!- grité arañando su espalda.

Sabíamos que estábamos apunto de llegar al orgasmo así que aceleró el ritmo continuo haciendolo lo más rápido y duro que podía hasta que se detuvo, ambos habíamos acabado gritando nuestros nombres.

Nos quedamos acostados cubriendonos con las sábanas, los dos extrañabamos esto.

-Quiero que esto dure siempre y se que lo hará pero quiero que también tu lo quieras, eres mi esposa y estoy infinitamente agradecido y bo sólo por eso di no pique me has dado una razón más por la cual vivir mi hija, no quiero más peleas no discusiones solo las de quien se quiere más. Me haces feliz y quiero que esto dure hasta el final.
-¿Hasta el final?- pregunté sonriendo.
-Hasta el final.

Amigos con derechos (Sebastián Villalobos y tu HOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora