Capítulo 20

12 0 0
                                    

-Tengo que avisarle a Jess, ella me llevará

-No, la psicóloga dijo que te atendería a las tres treinta de la tarde y ya son las dos cincuenta

-Dame la dirección y yo voy con Jess, tú te puedes adelantar si quieres

-Te llevaré yo

-No puedo

-Puedes hacerlo, Spence, sólo serán veinte minutos a mi lado, en un solo coche

-No, Harry...

-No discutiremos esto, puedes hacerlo, yo sé que sí, vamos

No se sentía muy segura aún del si quería o no ir con la psicóloga, pero Harry la le había prometido que la acompañaría.

Al final del todo, ella había aceptado en ir con Harry en su coche.

Jess la esperaba en el parking dentro de su coche, Spence se acercó y le avisó que no se iría con ella.

Claro, le tuvo que dar explicaciones sobre lo que haría, pero eso fue lo menos importante, tuvo que convencerla de que no dijera nada a su madre, ella no podía enterarse.

-Buenas tardes, buscamos a la Doc. Caroline –dijo Harry hacia a secretaria

-Sí, ¿tienen cita previa? –preguntó la chica, no parecía tener más de veinticuatro

-Sí

-¿Nombre?

-Ehm, está a nombre de Spencer Crane

-Bien –buscó en su computadora-. Sí, hay una Spencer Crane aquí, la psicóloga la atenderá en diez minutos

-Gracias –dijo Harry muy amable

Caminaron hacia unos sofás que se encontraban cerca de allí y se sentaron.

Ella movía sus piernas desenfrenadamente.

-Tranquila, todo va a estar bien

-No puedo, estoy muy nerviosa

-¿Ya te has dado cuenta de que para muchas cosas dices que no puedes?, antes no hacías eso

Bajó la mirada hacia el suelo.

-Lo siento, es que simplemente no puedo

La tomó de la barbilla y plantó un beso en su mejilla.

- Spence, las cosas se pueden lograr si te lo propones –dijo sin soltarla aún

-Es sólo que tengo miedo

-No debes de tenerlo, yo voy a estar a tu lado, no dejaré que nada ni nadie te lastime, nunca más

Ella le dedicó una sonrisa, la cual para Harry fue muy hermosa.

Llevaba días pensando en Spencer, en lo bien que le había quedado su traje de porrista, en lo linda y bella que se veía ahora, pero para él, no podía verla de otra forma más que como amiga, porque eso era lo que eran y lo que trataban de volver a ser, amigos.

-Señorita Crane, puede pasar –anunció la secretaria.

Ella se frotó las manos en las piernas de su pantalón ajustado, dio una última mirada hacia Harry y caminó por el pasillo hasta llegar al consultorio de la psicóloga.

{{

Apuéstale a la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora