Capítulo 27

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-Mi madre se puso muy sentimental cuando te vio –dijo Harry mientras caminaban por el patio trasero de la casa de Kate.

A decir verdad, la casa de su tía era muy grande, ganaba muy bien.

-Yo también lo hice. Extrañaba mucho a Anne –estaba gacha

-Lo sé, ella igual

-¿Y cuándo llegó de Holmes Chapel? –pateó una piedra que se encontraba allí

-Ayer. No resistió las ganas de venir a verte… ¿en realidad no tienes frio? –se detuvieron

-No, estoy bien

-Pero sólo tienes un pantalón de cuero, es frío, y aquí está nevando

-Lo sé, pero estoy bien, realmente lo estoy

-Han pasado muchas cosas en estos últimos meses –la morena suspiró

-Son demasiadas que a veces me confunden

Fido, el perro, se acercó a ellos con una pelota en el hocico, la soltó en el instante en que vio a Harry y se abalanzó sobre él, dándole grandes lengüetazos por todo el rostro.

-Basta –dijo Harry mientras reía, Spence comenzó a reír a carcajadas cuando Harry calló al suelo sobre el césped-. Deja de reírte y ayúdame con él

-Déjalo, le agradas –dijo entre risas

-Vamos, ayúdame –pidió mientras intentaba quitarse al perro

-Ok… ok, ya voy –se acercó a Fido y comenzó a jalarlo del collar.

El perro era mucho más fuerte que ella.

En un momento inesperado el perro se jaló, haciendo que Spencer cayera justo al costado de Harry. Fido salió corriendo de allí para no ser castigado.

Ella levantó la vista hacia él, sonriendo. Sus miradas se conectaron. La puerta que daba hacia el patio trasero fue abierta.

-Oigan, ya es hora de –era Jess.

Calló al momento en el que vio a Spencer y a Harry tirados en el suelo, observándose. Ambos dirigieron su mirada hacia ella

-… lo siento, no sabía que…

-Ven a ayudarme a levantarme, Jess –pidió Spencer mientras levantaba su brazo hacia su prima. Intentando salir de aquel incómodo momento que se había formado

Jess caminó hacia ellos y los ayudó a ambos a levantarse.

-¿Qué hacían en el suelo? –preguntó Jess mientras caminaban hacia el interior de la casa

-Fido me atacó –dijo Harry recordando el gracioso momento

-¿Te atacó? –preguntó la castaña sorprendida

-Sí, a lengüetazos y empujones –contestó Spencer entre risas, recibiendo un empujón amistoso de parte de Harry

Se dirigieron hacia el comedor entre risas y empujones, como en los viejos tiempos, para ir a desayunar.

Apuéstale a la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora