-Bueno, nuestra primera actividad va a ser el contacto visual, ¿puedes mantener el contacto visual con un chico, Spence? –preguntó la psicóloga
-Sí, no me siento intimidada por ello
-Bien, pues quiero que me lo demuestres. Necesito que Harry y tú se miren a los ojos por más de... cinco minutos
Eso era incómodo, después de las preguntas que Spencer le había hecho a Harry se sentía algo incómoda.
¿Acaso se sentía celosa porque Jade pudiera lograr conquistar a Harry? No, eso no le importaba ni en lo más mínimo.
¿Se sentía celosa de que Jade y Harry pudieran tener algo? Eso sí, porque es muy diferente el que ella lo conquiste a que él se deje engañar por una perra como lo es Jade.
-Bien –dijo Caroline- eso es perfecto. Ahora pasaremos al contacto
-¿Qué?, no puedo
-Tú puedes, Spence -la animó Harry, ella sonrió involuntariamente
-Lo único que necesito es que Harry y tú se abracen –Spence se notaba algo asustada-... bueno iniciemos por lo más fácil, ¿qué te parece si mejor es contacto con las manos primero?
-¿A qué se refiere?
-A qué tú y Harry se tomen de las manos, iremos avanzando poco a poco. Tal vez hoy con las manos, el próximo lunes podemos llegar a los abrazos cortos y así, es una forma de hacer que avances, para que ya no tengas tanto pánico al estar con un chico –ella lo sopesó un poco y al final asintió.
Tendría que estar tomada de la mano de Harry.
Y así fue... ese lunes sólo llegaron al contacto con las manos.
El mes pasaba rápido.
Spence veía más seguido a Harry. Ahora se llevaban mucho mejor. Sonreían juntos, salían a veces a tomar algún café o por un postre. Casi todo volvía a ser como antes. Pero eso estaba desarrollando algunos sentimientos de Harry hacia Spence y de ella hacia él.
Para ellos todo eso era confuso, pero Harry sabía que no podía enamorarse de su mejor amiga, porque... pues son mejores amigos, sólo eso, y Spence sabía que no eran ciertos esos sentimientos de ella hacia él, pensaba que sólo se refugiaba en él y lo único que sentía era un gran e inmenso cariño hacia él, sólo eso, nada más.
(...)
Vacaciones, benditas vacaciones-pensó Spencer-. No faltaba mucho para que fuera navidad, sólo algunos cuantos días.
Después de seis meses con la psicóloga Caroline, ella ya estaba relativamente bien.
El timbre de la casa comenzó a sonar. Era demasiado temprano.
Sonó una vez más y nadie se levantaba a abrir.
Con la cara de adormilada y a regañadientes, Spence se levantó de la cama y se dirigió hacia la planta baja. Miró por la mirilla y allí se encontraba Harry, con una mujer detrás de él.
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Apuéstale a la vida
Fiksi Penggemar¿Típica historia? Tal vez. ¿Típicos protagonistas? Lo más seguro. Pero ¿es típica la aventura? No lo creo. Spencer logró ser una chica normal después de aquel trágico accidente, trató de seguir adelante y no dejarse caer. No tenía a nadie más que a...