Capítulo 26

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-Es Anne –dijo la castaña entre jadeos

-¿Qué? –preguntó Spence confundida

-Anne… son Anne y Harry, quieren verte

-Oh, por Dios ¿Anne? –Jess asintió-. Esto es malo… muy malo –dijo con nerviosismo

-Vamos arréglate, necesito que me ayudes a quitar todas las tazas de 1D de la alacena

-¿Para qué? –dijo sonriente

-Sería muy extraño que vieran que soy una directioner, tal vez hasta Harry se asuste por ver todo lo que tengo de ellos

Comenzó a sentirse un poco mareada, desde hace mucho que no veía a Anne, realmente la extrañaba, pero al mismo tiempo se sentía mal. Todos aquellos sentimientos se juntaron en ella que le provocaron un mareo.

-No me siento preparada como para ver a Anne, no la he visto desde hace mucho tiempo –escupió sentándose en la cama

-Lo sé, pero no hay otra salida. Vamos apúrate.

Buscó en su armario su pantalón de cuero negro y un suéter, enorme, tejido color gris  y se puso sus converse. Acomodó sus risos y se puso algo de maquillaje diario (contorno de ojos negro y rímel negro).

Respiró profundo cerrando los ojos.

-Vamos, ayúdame –dijo Jess entrando por la puerta de su habitación, la tomó de la mano y bajaron corriendo las escaleras.

Kate ya se encontraba sentada en la sala con Anne y Harry.

Corrieron sin ser vistas hacia la cocina y comenzaron a tomar cada souvenir que Jess tenía allí.

- Spence, Jess, ¿son ustedes? –gritó Kate desde la sala

-Sí –gritó Jess- ahora vamos

Spence estaba en el suelo guardando algunas cosas debajo, en las puertas del fregadero, cuando se levantó se encontró con la cara de Harry muy cerca de ella. Perdió el equilibrio y calló de nuevo al suelo.

-Dios… Spence, ¿estás bien? –dijo Harry asustado mientras ayudaba a su amiga a levantarse

-Sí, sólo me asustaste –por suerte ya habían guardado todo, Jess no quería que se enterara que era una fanática de ellos

-Mi madre ha venido a verte, quiere asegurarse de que seas tú –la chica asintió

Caminó junto con Jess y Harry hacia la sala. Allí se encontraba Anne.

Cuando vio a la chica aparecer, se levantó rápido del sofá y corrió a abrazarla, los ojos de la chica se llenaron de lágrimas, había extrañado mucho a Anne, la quería demasiado, era como su segunda madre. No evitó llorar.

Apuéstale a la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora