Capítulo 5

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“Harry”

Tomé un taxi y pedí que siguiera mi coche, bueno… el de la chica.

En el camino pensé en qué podría decir.

No encontraba nada.

Recordé haber dejado unos papeles dentro del coche. Un golpe de suerte, supuse.

Llegué a una casa grande y hermosa. Bajé del taxi y pagué al conductor. Me acerqué a la puerta, observando el lugar.

Toqué el timbre. Un minuto después la puerta se abrió.

-¿Señora Kate? –estaba asombrado al ver a la joven señora

-Sí, ¿en qué puedo ayudarte? –un perro se asomó a su lado y ella acarició su cabeza, era un lindo pastor irlandés

-Soy Harry Styles –estrecharon la mano

-Oh, Harry –en su rostro se notaba el asombro-, aún me acuerdo de ti, eras un niño diminuto cuando te vi por última vez, mi hija ama tu música, ¿recuerdas a Jess?

-Claro que la recuerdo –hubo un silencio algo incómodo-. Usted me puede ayudar –escupí- Estoy buscando a una chica…, a la chica que traía este coche

-Era demasiado bueno para ser verdad. Espera un segundo –se acercó a las escaleras que se encontraban frente a la puerta-. ¡____, ven por favor! –gritó y ella bajó corriendo

-¿Sucede al…? –paró en seco, nuestras miradas se cruzaron, ninguno de los dos podíamos dejar de mirarnos

-Este chico viene por su coche –estaba completamente asombrado

-No, no, no vengo por el coche –corregí sin dejar de ver a ____-… creo que he dejado unos papeles allí y quisiera recuperarlos

-Claro –canturreó Kate-, devuélvele los papeles, vamos Fido-llamó al perro y se dirigió hacia la planta de arriba

-Ehm… sí, están en la guantera del coche –me esquivó al salir por la puerta

-¿____?, ¿____ Crane? –dije cuando desapareció Kate-. Creí que… ¿qué haces aquí? -____ abrió la puerta y sacó los papeles

-Todos tuyos –me los entregó. Cerró la puerta y se dispuso a caminar.

No sabía qué hacer, quería saber que esto era cierto, necesitaba sentirla. Ella siempre me había parecido muy atractiva, pero ahora tenía aquellas ganas de besarla, de sentirla que es real… de hacerla mía.

-Quiero saber que eres real

-No sé de qué hablas

-¿Realmente eres tú? –acaricié su cabello.

No podía besarla, pero tampoco podía resistir aquellas ganas al ver sus labios y al tenerla aquí.

Me acerqué a ella y la abracé.

- ¿Por qué no me buscaste?, ¿Por qué te fuiste? –Suspiró- Creí que habías muerto en el incendio

Los ojos de ____ comenzaron a soltar lágrimas y los sollozos fueron inevitables.

-¿Qué sucedió? –ella simplemente no me contestó, se soltó y caminó rápidamente hacia su casa, cerrando la puerta tras ella.

Apuéstale a la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora