Siempre he pensado que cuando estuviera cerca de un chico no tendría que ser de esta manera, mucho menos si ese chico es Kaidan. De los tres hermanos, creo que él es el más callado y cortante y eso solo aumenta mis nervios.
- ¿Puedes dejar de temblar? - Pregunta borde bufando.
- Perdona si tengo miedo de que unos malditos con pistolas vengan y me vuelen la cabeza.
Rueda los ojos y se apoya en la pared del cubículo del servicio. Mataré a la persona que hizo esto tan pequeño.
Nos encontramos así: ambos arriba de la tapa del váter, pecho con pecho, cara a cara. Es mas, hasta puedo percibir su aliento mentolado fresco.
- No seas dramática - Susurra.
- Bueno, en estos momentos es difícil ser positiva.
- Tan solo cierra la boca si puede ser.
No contesto, no estoy en momentos para discutir y menos cuando se han oído 3 disparos cerca nuestra.
- Voy a salir a ver, quédate aquí - Comenta bajando de un salto.
- ¿Estás loco? No me quedaré sola aquí dentro - Me niego bajando junto a él.
- Es peligroso.
- Entonces no salgas - Contradigo.
- Eres desesperante.
- Oh bueno, tú tampoco es que seas perfecto.
Rueda los ojos y sin esperar sale del servicio.
- ¿Podrías volver dentro? - Pregunta al ver que lo sigo.
- Ambos sabemos que no volveré - Sonrío victoriosa.
- No hagas ruido, y no se te ocurra hacer ninguna tontería.
- Señor, si señor.
