- ¡Ya estoy en casa! - Exclamo dejando la mochila en la entrada. - ¿Papá?
- Arriba - Grita.
¿Arriba? Nunca sube arriba. Lo veo bajar por las escaleras con una caja de cartón llena de cosas. Cosas de mi madre.
- ¿Qué vas hacer con ellas? - Pregunto acordándome.
- Había pensado en donarlas. Nosotros no las utilizamos y a lo mejor hay gente que las necesita.
- No será verdad.
- Skyl...
- Por que intentas olvidarte de ella - Susurro frunciendo el ceño.
- No lo hago cielo. Pero creo que es hora de retomar nuestras vidas.
- Sales con mujeres, donas las pertenencias de mamá. ¿Qué será lo siguiente? ¿Un hermano nuevo?
- ¡Skylar! - Me riñe mi padre.
- ¡No papá! No puedes hacer eso. Ahí hay recuerdos y es lo único que tenemos de ella. No dejaré que lo hagas.
Cojo la caja de sus manos y sin dirigirle la mirada subo a mi habitación dejándola debajo de mi cama.
(...)
Después del maratón de Teen Wolf, bajo a la cocina y veo una nota en la nevera.
"He salido y vendré tarde. Hay pizza en la nevera. Te quiero, papá xx"
Arrugo la nota y cojo la pizza dándole un gran mordisco. Cojo el teléfono y miro mi agenda.
Llamo a Nia pero segundos después me salta el contestador. Necesito más amigos.
Sin dudarlo mucho llamo a Kaidan.
- ¿Hola?
- ¡Kaidan! Soy Skylar. Verás estoy sola en casa y Nia no contesta al teléfono y no me gusta estar sola. He pensado en que...
- ¿Eso es una indirecta?
- ¿Qué? No no... Yo solo quiero que alguien me haga compañía y...
- Estoy en 10 minutos.
La llamada se corta y mi corazón se acelera. Acabo de invitar a Kaidan a estar conmigo. Solos.