- ¡Black! Cómo demonios se te ocurre venir aquí con la tormenta - Exclamo cogiéndolo del brazo para llevarlo a dentro.
- Me pi-pillo mientras ve-ve-venía - Tartamudea él.
Le quito la chaqueta pasando mis manos por sus brazos. Joder, ¿hace ejercicio?
- Será mejor que subamos a mi habitación. Allí tengo mantas y calefacción.
Asiente y una vez llegamos le paso una menta con la que él se la pasa por encima.
- Puedo coger ropa mi padre hasta que se seque la tuya. Está completamente mojada - Digo saliendo de la mía, para ir a la de mi padre.
Le cojo un pantalón de chándal junto a unos boxers, calcetines y una camiseta roja básica.
- Creo que esto te... Santa madre - Digo cuando veo a Kaidan sin camiseta y con los pantalones desabrochados.
Estoy segura de que mi comentario a subido su ego, si eso puede ser posible.
- Aquí tienes tu... tu...
- ¿Camiseta? - Me interrumpe sonriendo de lado.
- Lo que sea - Susurro mirando su six-pack. Oh mierda, tiene seis cuadraditos bien formados. ¡Tiene la maldita V!
- ¿Quieres quedarte? - Pregunta alzando las cejas.
- ¿Qué? ¡No! - Exclamo cerrando la puerta y apoyándome en ella.
- Parecías muy interesada en mi cuerpo - Grita desde dentro de mi habitación.
- Estúpido - Farfullo gruñendo.
- No lo has negado - Canturrea. Puedo jurar que esta situación le está divirtiendo.
Bufo y ruedo los ojos. Obvio no voy a negarlo, por que mentir, su cuerpo está bien y yo soy afortunada de haberlo pillado así.
- ¿Dormiré aquí? - Pregunta de nuevo.
- Aún son las cinco y media. A lo mejor para un poco - Respondo cruzándome de brazos. ¿Tanto tarda en vestirse?
- El examen de matemáticas es mañana - Comenta a los minutos y segundos después la puerta se abre dejándome caer hacia atrás.
- ¿Mañana? - Pregunto alarmada mirándole desde el suelo.