- Acuérdate, síguele la corriente - Dice Nia por última vez.
- Y bésalo hasta quedarte sin respiración - Me burlo de su anterior charla.
- Iba muy en serio Sky - Rueda los ojos y me empuja para que camine.
- Claro.
- Ya me contarás.
Asiento y suspiro. El timbre ha sonado hace 5 minutos para avisar que el descanso ha llegado. Ni siquiera se que decirle, será incómodo. Por qué demonios no he pensado en esto antes de besarle.
Entro a los vestuarios de los chicos, por que es obvio que Kaidan no entrará al de las chicas.
- Hola - Saluda levantándose del banco.
Le devuelvo el saludo acercándome a él y me siento.
- ¿Qué tal el examen? - Pregunto empezando la conversación.
- Bastante bien.
- Eso está bien - Susurro resguardando mis manos en los bolsillos de la chaqueta.
- Quería darte las gracias.
Asiento sonriendo sin mostrar los dientes y miro hacia mi derecha. Son bonitos las taquillas.
- ¿Puedo besarte? - Pregunta haciéndome girar la cabeza.
- ¿Cómo? - Alzo la cabeza.
- No me hagas repetirlo.
Muerdo mi lengua para evitar sacar una diminuta sonrisa.
- Puedes besarme - Asiento.
- Está bien. Voy a besarte - Susurra acercándose.
- Adelánte.
Miro sus finos labios rosados y cierro los ojos al sentir su respiración a menos de 2 centímetros.
- No te desmayes - Murmura divertido.
- No lo haré.
Junta nuestras frentes y su nariz acaricia la mía. ¿Por qué demonios no me besa?
Intento dar el primer paso pero el lo rechaza evitando el beso.
- Déjame hacerlo bien - Susurra rozando sus labios con los míos. Asiento y suspiro. Solo un poco más.
Pongo mi mano en su nuca pero él de nuevo ejercer fuerza y no junta nuestros labios.
- Despacio.
Acaricio su pelo y arrastro mi mesmo hasta su mejilla. Sólo un poco más.
El timbre nos hace saltar a los dos del sitio y a mí maldecir a todo se terrestre.
¡Estábamos a nada! ¿Tanto es pedir que me de un buen beso?
- Solo quería ponerte a prueba - Dice Kaidan divertido.
- ¿He pensado en voz alta? - Murmuro con voz ahogada.
Asiente y escucho su risa.
- Estúpido.
- Te mueres por mis labios.
- ¡Vete al diablo! - Exclamo dejando los vestuarios.
- ¿Me acompañas?
Gruño en respuesta y ruedo los ojos.