Capitulo 24

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- Acuérdate, síguele la corriente - Dice Nia por última vez.

- Y bésalo hasta quedarte sin respiración - Me burlo de su anterior charla.

- Iba muy en serio Sky - Rueda los ojos y me empuja para que camine.

- Claro.

- Ya me contarás.

Asiento y suspiro. El timbre ha sonado hace 5 minutos para avisar que el descanso ha llegado. Ni siquiera se que decirle, será incómodo. Por qué  demonios no he pensado en esto antes de besarle.

Entro a los vestuarios de los chicos, por que es obvio que Kaidan no entrará al de las chicas.

- Hola - Saluda levantándose del banco.

Le devuelvo el saludo acercándome a él y me siento.

- ¿Qué tal el examen? - Pregunto empezando la conversación.

- Bastante bien.

- Eso está bien - Susurro resguardando mis manos en los bolsillos de la chaqueta.

- Quería darte las gracias.

Asiento sonriendo sin mostrar los dientes y miro hacia mi derecha. Son bonitos las taquillas.

- ¿Puedo besarte? - Pregunta haciéndome girar la cabeza.

- ¿Cómo? - Alzo la cabeza.

- No me hagas repetirlo.

Muerdo mi lengua para evitar sacar una diminuta sonrisa.

- Puedes besarme - Asiento.

- Está bien. Voy a besarte - Susurra acercándose.

- Adelánte.

Miro sus finos labios rosados y cierro los ojos al sentir su respiración a menos de 2 centímetros.

- No te desmayes - Murmura divertido.

- No lo haré.

Junta nuestras frentes y su nariz acaricia la mía. ¿Por qué demonios no me besa?

Intento dar el primer paso pero el lo rechaza evitando el beso.

- Déjame hacerlo bien - Susurra rozando sus labios con los míos. Asiento y suspiro. Solo un poco más.

Pongo mi mano en su nuca pero él de nuevo ejercer fuerza y no junta nuestros labios.

- Despacio.

Acaricio su pelo y arrastro mi mesmo hasta su mejilla. Sólo un poco más.

El timbre nos hace saltar a los dos del sitio y a mí maldecir a todo se terrestre.

¡Estábamos a nada! ¿Tanto es pedir que me de un buen beso?

- Solo quería ponerte a prueba - Dice Kaidan divertido.

- ¿He pensado en voz alta? - Murmuro con voz ahogada.

Asiente y escucho su risa.

- Estúpido.

- Te mueres por mis labios.

- ¡Vete al diablo! - Exclamo dejando los vestuarios.

- ¿Me acompañas?

Gruño en respuesta y ruedo los ojos.

Una historia con los BlacksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora