Capitulo 19

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- Buenos días - Canturrea mi padre abriendo la ventana.

- Frío - Es lo único que llego a murmurar antes de taparme con las mantas.

- Hoy es un día especial - Dice mi padre emocionado.

- ¿Se acabaron las clases?

- No.

- ¿Paz en el mundo?

- Mucho mejor.

- ¿Edward Cullen dejará a Bella y vendrá a por mi? - Pregunto alzando la cabeza.

- ¡Empiezan mis clases de cocina! - Exclama sonriendo.

Dejo caer mi cabeza en la almohada y gruño.

- ¿No dirás nada?

- Es genial papá, tan genial como que te despierten a las nueve de la mañana un domingo - Susurro sarcástica.

- ¡Alégrate por mí! - Se queja bufando.

- Si yo me alegro papá.

- Por cierto, hay un chico abajo, dijo que quería hablar contigo. Menudo susto me ha dado el muchacho... Aun que bueno, ambos nos lo hemos dado.

- Explícate - Frunzo el ceño.

- ¡Se estaba colando por la cocina! Lo único que ví a mi alcance fue la sartén... Es raro que no hayas escuchado nuestros gritos.

- Sabes que soy de sueño pesado.

- Anda baja, Kaidan estará cansado de esperar.

Bufo al escuchar ese nombre, genial, simplemente genial, como las clases de cocina de mi padre. ¿Pilláis el sarcasmo? Espero que si.

Bajo los escalones uno a uno sin prisas y suspiro al verlo en el sofá acariciando su cabeza. Mi padre tendría que haberlo grabado.

- Buenos días - Saludo cogiendo una taza de leche.

- Buenos para tí - Llego a escuchar al beber un sorbo.

- ¿Qué diablos haces aquí tan temprano? No se si lo dije, pero te lo digo ahora: solo te ayudaré entre semana, el fin de semana es mío - Aviso sentándome a su lado.

- Quería disculparme.

- ¿A las nueve de la mañana un domingo?

- ¿Lo superarás?

- Claro que no, se supone que ahora debería estar soñando con Dylan O'Brien - Me quejo bostezando.

Rueda los ojos y gruñe.

- Suficiente es que haya venido a disculparme - Farfulla bufando.

Se levanta y sin decir nada cierra la puerta.

- ¿Ya se ha ido? Ahora que estaba poniendo en practica mis galletas - Dice mi padre apareciendo con su famoso delantal.

- Él es tan raro - Musito para mí misma.

- ¿Misterioso?

- Eso también - Digo encogiendome de hombros. - Y bipolar, demasiado. Un día me besa y al otro esta todo un gruñón.

- ¿Que te qué? - Exclama mi padre abriendo la boca.

- Asúmelo papá.

Una historia con los BlacksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora