Jean ©

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Una fría brisa pasa por mi espalda. Instantáneamente salto de la cama y caigo al piso de cara.

Bien hecho, genio.

<< Cállate >>

Tienes suerte de no tener un moretón.

Decido ducharme y luego me pongo me pongo el uniforme escolar, que consiste en una chomba blanca, un buzo marrón (ambos con una cruz dorada en la zona del corazón) y un pantalón de chándal.

- Jean.- logro escuchar a lo lejos.- El desayuno está listo.

Bajo las escaleras sin apresurarme. Al llegar a la cocina, me encuentro a mi padre, José, leyendo el diario y a María, mejor conocida como mi madre, leyendo la biblia, mientras sus dedos juguetean con el rosario que descansa en su pecho.

- Buenos días.- me siento para empezar a comer. Nadie habla. Cuando termino, subo a mi cuarto y busco mi mochila y las llaves de la casa. Pronto escucho un bocinazo. << Aaron >>. Bajo para irme y antes de salir José me alcanza una biblia.

- La familia de Aarón te llevará a la iglesia hoy. Compórtate.

- Esta bien...- suspiro. Seguramente iban a salir de la ciudad a ver a algún familiar.- Adiós.

Cuando salgo de la casa, un auto negro esta estacionado enfrente. La ventanilla del co-piloto se baja y puedo apreciar un rostro de piel bronceada de cabello y ojos marrón oscuro.

- Buenos días, pequeñín.- me saluda y abre la puerta para que suba.

- Hola Castaño.- le sonrío y abrocho mi cinturón de seguridad.- ¿Cómo dormiste?

- Excelente.- se acerca un poco y susurra en mi oído.- Soñé contigo.

Un leve rubor aparece en mis mejillas. 

- Mejor nos vamos.- anuncia y arranca para llevarnos a la escuela.

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Al llegar nos bajamos del auto y caminamos hasta la capilla para presenciar la misa de todos los días. Además tendremos que ver a la empalagosa Michelle, "Michi" según Aarón. Ella es la hija del padre Mateo y si la haces enojar, el infierno no parece tan malo.

- ¡Bebé!- escuchamos un grito agudo proveniente de una pelirroja, quien se abalanza sobre el castaño. Luego su mirada se posa sobre mi.- Jean.

- Michelle.-digo con el mismo tono de asco que ella. Es odio mutuo.

- Llegaremos tarde a misa.- informa Aarón. Los tres corremos, rezando que no sea tarde.

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Después de la misa y las horas de clase, salgo de mi salón para irme a la iglesia con la familia de mi mejor amigo. Lo espero en los casilleros mientras leo unos apuntes de catequesis. Los pasillos están vacíos y hace más frío.

- Vaya, mira a quien tenemos aquí.- oigo la voz de neandertal de Martin. Lo busco con la mirada, esta detrás de una pared.- La Mariposa.

<< Odio ese apodo >>

Haz algo al respecto entonces.

Pronto, el segundo energúmeno aparece. Me sorprende no ver al tercero. Él es más compasivo.

<< No es mi día de suerte >>

- ¿Qué haremos contigo?- Martin se acerca hasta donde estoy y me levanta de manera que mis pies no tocan el suelo.