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— ¿Qué ha pasado?—pregunto. Un nudo enorme se forma en mi garganta, impidiendo la salida de palabras y la entrada de aire. Unas gotas de sudor caen por mi nuca y, poco a poco, por mi frente.

¿Estas nervioso?

El hecho de estar completamente solos luego de que todos huyeran de la habitación luego de un momento incomodo... si, me ponía nervioso.

No voy a hacerte daño. De hecho tengo muy buenas noticias para ti.

— ¿Qué?

Resulta que las deshacerte de esa sombra, nos conseguiste un territorio bastante valioso. Te felicito por la suerte que tienes, Jean. Dos pájaros de un tiro.

Balbuceo al no encontrar palabras.

¿Hay algo que te aflige? ¿De lo que quieras... hablar?

Intento tragar saliva, pero el nudo se hace cada vez más grande. Tanto así que parece que se va a escapar de mi garganta.

— No.— niego con falsa seguridad y agradezco no haber susurrado.

Bien. Pero dejarme regalarte un consejo gratis.

>> Ya no eres una persona corriente. Desde el momento que dijiste "Si" has aceptado ser una bestia. Dejame explicártelo de una manera en la que entiendas. Eres un cobarde, todos los que estamos aquí de tu lado lo somos en realidad. Porque decidimos ir por el camino sencillo y menos doloroso. Por eso intenta alejarte de sentimientos con los que puedas perjudicar a los demás, y a ti. Renuncia a él, es lo mejor. Todo está en tus manos. Pero recuerda, has decidido ser una bestia, y ahora debes asumir las consecuencias y actuar como una.

Sus palabras se clavan en mi cerebro como si de navajas se tratasen. Y se repiten como un dvd rayado. Una y otra vez.

Tomate el día, si te necesito te lo haré saber.

Slenderman sale de la cabaña a paso tranquilo y antes de cerrar la puerta suspira contento, satisfecho.

Mi teléfono vibra dentro del bolsillo de mi pantalón. Una llamada de número desconocido.

— ¿Hola?

Una risa espeluznante resuena a través del móvil.

— No es gracioso ¿Quién eres?- mi voz tiembla. No debería estar asustado, no obstante es difícil evitarlo.

— ¿Te he asustado?—una voz distorsionada por la interferencia vuelve a reír.— Te creía más valiente humano.

<< Estupido Malcom>>

<< Él me cae bien>>>

— ¿Qué quieres?

— Tranquilo. Era una broma.- escucho como ríe, pero no está solo. Hay alguien más con él.— ¿Quieres volver a salir? Me ha dejado con mal gusto no haber podido seguir... celebrando.

— ¿En serio? Yo te vi bastante contento mientras "celebrabas" con Belle.

Escucho un gruñido. Al parecer no le gustó la broma.

— Mira imbécil, te estoy diciendo para irnos otra vez. Si quieres nos acompañas y sino jodete.

— Tranquilo tigre. Pero antes... debo hacer algo.

***
El auto para y le pido a Malcom que espere a que vuelva.

Camino unos metros hasta llegar a la puerta.

Jean ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora