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- Imposible.- susurro y ella sonríe.

- ¿Pensaste que era un chico?- asiento, todavía confundido.- Pasa seguido.

- Creo que deberíamos irnos. Slenderman nos espera.- me levanto y me encamino al bosque mientras R me sigue.

- Oye.- jala de la parte de atrás de mi camisa.- Camina más lento. Mis piernas humanas son cortas.

Rio y desacelero.

Durante el camino se mantuvo callada y se dedicó a observarme.

<< Me da mala espina. >>

Es solo una niña...

<< Aquí nada es lo que parece. >>

- ¿Cómo te llamas?- intento sacar un tema de conversación.

- Amelia.- suspira y uno de los pelos que se encuentra pegado a su frente vuela y vuelve a caer.- Amy para la familia. R para ti.

- Que amorosa.- replico con sarcasmo. Llegamos al bosque y la guio hasta la cabaña.

Justo a tiempo.

La cabaña esta igual de ordenada que ayer. Malcom y S se encuentran al costado de Slenderman, quien se tiene que mantener sentado para que su cabeza no choque con el techo.

R corre a abrazar a Malcom. Ambos chocan los cinco y ella se mueve para estar en el medio de S y él.

Bien. Ahora que todos estamos reunidos, la próxima semana empezarás tus trabajos. Hasta entonces, puedes descansar.

- Gracias.- digo serio.

- Hey.- interrumpe Malcom.- Eso no significa que te librarás de mí. Te vigilare, puberto.

- Eso no es justo.- dice R cruzándose de brazos.

Ya basta.

Todos pueden visitar a Jean. Solo... no lo molesten mucho.

<< Mierda. >>

Esta va a ser una larga semana.

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- Buenos días.

Alejandro aparece en la puerta de mi casa.

El calor empieza a aparecer como en cualquier día en la mitad de Junio y Al viene preparado. Lleva puesta la musculosa de la escuela con unos pantalones deportivos. Vamos casi iguales, excepto que él tiene puestos sus lentes negros con marco rojo para sol.

- Hola Al.- sonrió y chocamos nuestros puños.

- Lamento decir que hoy haremos ejercicio.-sonríe y se mueve de la puerta para que pueda salir.- Caminaremos a la escuela, Campeón.

Durante el trayecto hablamos de diversos temas, menos Aarón.

Duele admitir que muy dentro de mí lo extraño.

Mientras conversábamos, una persona grita mi nombre.

Oh oh

<< Tiene que ser un chiste. >>

Malcom camina hacia nosotros como si fuera una diva. Lleva puesta una camisa hawaiana y unos jeans, y como no, sus gafas de sol.

- Jean, ¿Cómo va todo?- sonríe y sé que algo planea.

- Bien.- respondo cortante.

- ¿Quién es tu amigo?- señala a Al con la cabeza y le sonríe. Alejandro parece incómodo.

- Soy Alejandro.- estira su mano amablemente.

- Malcom.- ambos estrechan sus manos amigablemente.- ¿Van a la escuela?

- Si, y estamos llegando tarde. Vamos.- tomo el brazo de Al y Malcom nos sigue a una distancia prudente para disimular.

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- ¿Qué es esto?

Alejandro me entrega un paquete de colores. Lo abro y contiene unas gafas de sol como las de él, pero el marco es de color azul eléctrico.

- Al, no es necesario.

- Ya, quédatelos.- sonríe y acomoda su cabello.- Además necesitas unos. Póntelos.

Obedezco y me acomodo las gafas.

- ¿Cómo me quedan?- pregunto posando como modelo. Él sonríe de nuevo.

- Muy bien. Será mejor entrar o la monja va a matarnos.

- Pero eso es pecado.

- Tranquilo, lo hará ver como suicidio.- reímos y corremos a la capilla.

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- Hola hola, mariposa.- Martin se acerca a mí mientras camino para volver a casa.- No me ignores Mariposa, ven acá.

Sin embargo sigo mi camino como si nada hubiera pasado.

- Hey, te dije que vengas.- su tono se vuelve más agresivo y agarra mi muñeca.- ¿Quién te crees?

- ¿Tu quién te crees?- con la fuerza que Slenderman me regaló, me deshago de su agarre.- Estoy harto de ti. Déjame en paz y ve a vivir tu vida.

¿Buen momento para una sangrienta venganza?

- Haré lo que yo quiera contigo, ¿Me entiendes?- su mano se enrolla en mi musculosa y me levanta del suelo. << Esto me resulta tan familiar. >>

Con mi rodilla golpeo su abdomen y logro que me suelte. Le doy un gancho izquierdo y el cae al piso. La fuerza que Slenderman me otorgó es demasiada, pues Martin está sangrando. Me acerco a él y lo pateo intentando no herirlo mucho. No quiero matarlo, solo... Lastimarlo.

- ¿Sabes? Siempre estuviste jodiendome la vida.- comienzo caminado de un lado al otro frente a él.- ¿Nunca tuviste nada mejor que hacer?

Lo agarro como él me sostuvo hace momentos.

- ¿Acaso tienes algún problema conmigo?- río y pregunto con sarcasmo.- ¿O será que Martin Cooper gusta de mí?

No hay respuesta. Su mirada dice todo.

Suelto su remera y salgo corriendo horrorizado.

Inesperado, ¿No?

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JA. Fueron segundos.

¿Se lo esperaban?

CHANx20000.

Hope u like it ;)

Veo cuando subo el siguiente, porque no esta terminado.

Muaapink no me mates.



- Kiara ;D

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- Kiara ;D

Jean ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora